martes, 2 de agosto de 2016

¿El próximo Ty Cobb?

 José Altuve, el hipérbole, 
como los límites, si acaso existen.


Tyler Kepner. The New York Times27 de Julio de 2016.

 Houston.- De todas sus maravillosas estadísticas de esta temporada, José Altuve  está más pendiente de los juegos donde ha participado. Altuve, el segunda base de los Astros de Houston, ha jugado todos los 101 juegos de esta temporada, parte de una seguidilla activa que lidera las mayores.
 Me siento orgulloso de jugar cada día”, dijo Altuve. “Eso es lo que de verdad me hace feliz. Los números pueden cambiar. Puedes estar aquí, luego mañana puedes estar allá. Pero pienso que el valor de un pelotero que sale y juega todos los días es grande”.
 Cuando ese pelotero es Altuve, el valor no puede ser más alto. A dos mese de terminar la temporada, él parece ser el líder en la carrera por el premio al jugador más valioso de la Liga Americana. Solo un Astro ha sido jugador más valioso de su liga, Jeff Bagwell en 1994. Bagwell está en la cúspide de la elección al Salón de la Fama.
 Altuve, 26, tiene un largo camino por recorrer, pero su trayectoria es esperanzadora. Antes de irse en blanco este martes 26 de julio en la derrota 6-3 ante los Yanquis, él estaba liderando las mayores en promedio de bateo, porcentaje de embasado y bases totales. El año pasado, ganó un guante de oro como segunda base. 
 “Él ganó el título de bateo hace dos años, y regresó aún más hambriento el año siguiente”, dijo el infielder de los Astros  Marwin González, quien ha conocido a Altuve desde que eran adolescentes en Venezuela. “Eso es lo que las personas no saben de él. Cualquiera sea la forma como termine esta temporada, él va a querer más el año que viene y trabajará más duro. Nunca es suficiente para él”.
 Pocos peloteros han empacado sus números de la forma como lo está haciendo Altuve ahora. El último pelotero que terminó la temporada como líder de la Liga Americana en promedio al bate, imparables, porcentaje de embasado, bases robadas y bases totales fue Ty Cobb en 1917.
 Cobb también lideró en porcentaje de slugging, sus seis jonrones clasificaron cuartos en la liga, y la marca de Altuve de .566 para este miércoles 27  de julio lo ubicaba tercero en la Liga Americana. Sus 17 jonrones son un tope en su carrera y un resultado directo, creen los Astros, de ser más selectivo.
 Cada temporada, dijo el manager A.J. Hinch, Altuve se fija una meta nueva. Hace dos años, antes que llegara Hinch, Altuve quería liderar la liga en imparables. LA temporada pasada, quería ganar su primer guante de oro. Esta temporada, quería mejorar su criterio de la zona de strike.
 Eso parece elemental, pero Altuve no necesita hacerle swing a pelotas en la zona de strike para conseguir imparables. Similar a Yogi Berra (quien tenía una estatura parecida a la de Altuve, apenas una pulgada más alto), Altuve es un clásico bateador de pelotas malas.
“Él no tenía mucho inventivo como otros bateadores para cambiar su enfoque”, dijo el gerente general Jeff Luhnow, “porque le podía hacer swing a una pelota  bien afuera de la zona, una pelota a la cual diríamos que nunca se le debe hacer swing, y la podía conectar de sencillo, doble y ocasionalmente jonrón. Así que el mecanismo de retroalimentación no decía, ‘No hagas eso’. Básicamente tiene un gran control con el bate que le permite salir adelante en esa circunstancia”.
 Esencialmente, Altuve decidió que ser capaz de batear pelotas malas no lo iba a privar de buscar envíos buenos. Luego de cinco temporadas de Grandes Ligas, el dijo que podía utilizar un plan  de juego más sofisticado para hacer que los pitchers respetaran su disciplina.
 “Año tras año, aprendes un poco cada día”, dijo Altuve. “A veces vas al plato y tienes una idea, una idea clara de loa que te van a lanzar. Pienso que eso es todo: buscar mejores pitcheos para batear, darte cuenta cuando conectas mejor la pelota, que envío bateas, si estás siguiendo mucho la pelota. Si descifras eso, puedes mejorar un poco como pelotero”.
 Esta temporada Altuve ha visto más pitcheos por aparición al plato que nunca (un promedio de 3.57 hasta este lunes 25 de julio), y ha alcanzado un porcentaje más alto de conteos 2-0, 3-0 y 3-1 que nunca antes. Todavía puede conectar casi cualquier pitcheo, pero ahora tiene más oportunidades de dirigir la pelota.
 “Tuve una conversación con él al comienzo de la temporada, acerca de algunos de los tipos que él observa”, dijo Hinch. “Le gusta Miguel Cabrera, le gusta Victor Martínez, le gusta Ian Kinsler. Jugamos ante los Tigres temprano, y cuando hablas de esos bateadores, piensas en peligro”.
 “Esos peloteros combinan los boletos con el poder”, dijo Hinch y agregó, “No pienso que José estaba en esa categoría hasta esta temporada, cuando fortaleció su criterio de la zona de strike y empezó a producir a gran altura”.
 Los Astros, quienes tienen la mejor marca del beisbol desde el 1 de mayo hasta este lunes 25 de julio, han sido reconocidos largamente por su compromiso organizacional con el análisis. Altuve fie firmado originalmente por la gerencia previa, pero frimó una extensión bajo Luhnow en 2013 que lo liga a los Astros hasta 2019. El máximo valor de la negociación, si el equipo ejerce las dos opciones, es de seis años y 25 millones de dólares.
 Altuve todavía puede ser agente libre a los 29 años, pero la negociación es una ganga para los Astros, quienes no sabían que él evolucionaría de esta manera. Los modelos estadísticos no consideran que un pelotero que ha sido tan bueno pueda mejorar tanto.
 “No pensaba que eso era posible después del año pasado, pero él se las arregló para hacerlo”, dijo Luhnow del crecimiento contínuo de Altuve. “Ha tenido un juego más completo este año. Está teníendo un impacto aún más grande en este equipo. Es la razón de que tengamos el éxito que hemos tenido”.
 Este martes los Astros y Altuve perdieron, el promedio del segunda base  bajó a .355 y su promedio de embasado a .422. Pero el miércoles estaba de vuelta como siempre lo hace, para seguir aumentando su seguidilla de juegos jugados, la cual llega a 192.
 Eso está a unas 15 temporadas completas de la marca de Cal Ripken de 2632. Altuve idolatraba a otro campocorto de la Liga Americana en los años ’90, Omar Vizquel, pero sabía que Ripken tiene la marca. No sabía el número.
 “Dos mil, hombre, eso es mucho”, dijo Altuve. “Es casi imposible”.
 Casi pero no completamente. Altuve no tiene límites.

Traducción: Alfonso L. Tusa C

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