Richard Goldstein. The New York Times. 14-11-2017.
Bobby Doerr, el segunda base del Salón de la Fama quien era un gran
fildeador, buen bateador y una figura inmensamente popular por 14 temporadas
con los Medias Rojas de Boston, falleció este lunes 13 de noviembre en Junction
City, Ore. Había sido el grande liga viviente más viejo.
Los Medias Rojas anunciaron su muerte. “ La vida de Bobby es una que saludamos
no solo por su longevidad, sino por su gracia”, dijo en una declaración, el director
de la organización, Tom Werner. “Fijó el patrón de lo que significa ser un buen
compañero de equipo”.
Doerr fue una presencia celebrada en Fenway Park, junto a Ted Williams y Dom
DiMaggio en los jardines y Johnny Pesky en el campocorto. Fue el último
beisbolista sobreviviente de la década de 1930, al haber empezado su carrera en
1937.
Su muerte deja a Red Schoendienst de 94 años de edad, mejor conocido por sus
años con los Cardenales de San Luis, como el inquilino viviente del Salón de la
Fama más viejo.
Doerr carecía de la tempestuosidad de un Williams y de la celebridad de un
DiMaggio. Avanzó en su negocio tranquilamente y se convirtió en líder del
equipo a través de su estable excelencia.
“Nunca tuvimos un capitán, pero él era el capitán silencioso del equipo”, dijo
Williams cuando Doerr fue elegido al Salón de la Fama por el Comité de
Veteranos en 1986.
Mientras jugaba en Fenway Park hasta comienzos de la década de 1950, excepto
por un año en la armada durante la segunda guerra mundial, Doerr fue integrante
del equipo de estrellas de la Liga Americana nueve veces. Estableció un
registro para oportunidades de fildeo seguidas sin cometer error, bateó sobre
.300 en tres temporadas diferentes y empujó más de 100 carreras seis veces.
Sus equipos ganaron solo un banderín de la Liga Americana, en 1946. Los Medias
Rojas perdieron en siete juegos ante los Cardenales de San Luis en la Serie
Mundial, pero él bateó .409 en esa serie.
“Doerr fue fácilmente el jugador más popular de los Medias Rojas y posiblemente
el beisbolista más popular de su época”, escribió David Halberstam en “Summer
of ‘49” (1989), el recuento de una memorable carrera por el banderín entre los
Medias Rojas y los Yanquis. “Era tan modesto y de disposición tan gentil que
sus colegas a menudo lo describían como ‘dulce’. Fue el tipo de hombre que
otros hombres hubiesen envidiado si no lo hubieran apreciado tanto”.
Al destacar las rápidas manos de Doerr, el novelista y seguidor de
los Medias Rojas George V. Higgins escribió en “The Progress of the Seasons:
Forty Years of Baseball in Our Town” (1989) que Doerr tenía “las garras
delanteras de un oso polar”-
Otro aspecto que Higgins halló apreciable fue como era tratado Doerr por los a
menudo crítica prensa y fanáticos de Boston. “Bobby Doerr no recuerda ser
despotricado por los medios de Boston o insultado por los fanáticos”, escribió
él. “Algo muy razonable, porque él era percibido como un trabajador que siempre
daba lo mejor de sí”.
Robert Pershing Doerr nació en Los Angeles el 7 de abril de 1918, hijo de
Harold y Frances Doerr. Su padre era trabajador de la compañía telefónica.
Firmó con el equipo de Hollywood de la Pacific Coast League al salir de la
escuela secundaria en 1934 y jugó dos temporadas en Hollywood, luego una
tercera con la franquicia cuando esta se mudó a San Diego.
Fue firmado por los Medias Rojas después de ser escauteado en el verano de 1936
por Eddie Collins, el propio gerente general de Boston y antiguo segunda base y
futuro inquilino del Salón de la Fama. En ese viaje, Collins también descubrió
a Williams, entonces un adolescente del equipo de San Diego.
Cuando Doerr se unió a los Medias Rojas, estaba impresionado.
“Siempre recordaré el entrenamiento primaveral de 1937”, fue citado por Cynthia
J. Wilber en “For the Love of the Game: Baseball Memories From the Men Who Were
There” (1992). “Yo tenía solo 18 años de edad, y ahí estaba Jimmie Foxx
bateando pelotas fuera del parque como pelotas de golf y Joe Cronin en el
campocorto y Lefty Grove pitcheando, y Pinky Higgins y Doc Cramer y los
hermanos Ferrell. Dios mío, todos esos tipos de los que tenía fotografías en mi
pared de niño. Ellos fueron mis héroes, y allí estaban, y yo con ellos”.
Doerr fue golpeado en la cabeza por un pitcheo a principios de temporada y
participó en solo 55 juegos, pero se hizo regular en 1938, ayudado por Cronin,
el manager y campocorto de los Medias Rojas, quien lo animó a relajarse en el
campo y le dio consejos de bateo.
A través de la década de 1940, Doerr y Pesky se alternaron con Joe Gordon
en segunda base y Phil Rizzuto en el campocorto de los Yanquis como la
combinación líder en dobleplays de la Liga Americana. Doerr lideró a los
camareros de la Liga Americana en dobleplays en cinco temporadas y en 1948
estableció registros de grandes ligas, que fueron rotos, para lances seguidos
sin cometer error en su posición, 414, y juegos seguidos sin error, 73.
Doerr fue el héroe ofensivo del juego de estrellas de 1943 en Shibe Park de
Filadelfia, al batear un jonrón de tres carreras ante Mort Cooper de los
Cardenales en la victoria de la Liga Americana 5-3.
Consiguió su imparable 2000 el 1 de julio de 1951, en Yankee Stadium. Pero tuvo
problemas en la espalda ese verano y se retiró después de la temporada. Terminó
su carrera con 2042 imparables y promedio de bateo de .288, bateó 223 jonrones
y empujó 1247 carreras. Lideró la Liga Americana en porcentaje de slugging en
1944 con .528.
Despues fue coach de los Medias Rojas y los Azulejos de Toronto. Su número 1
fue retirado por los Medias Rojas en 1988.
En sus últimos años, Doerr se dedicó a cuidar a su esposa, Monica, quien tenía
esclerósis múltiple, y quien falleció en 2003. También amaba pescar. Siempre
regresaba a Boston para ocasiones ceremoniales.
Cuando los Medias Rojas celebraron el centésimo aniversario de Fenway Park en
abril de 2012, él apareció junto a Pesky en segunda base, cada uno en silla de
ruedas, un punto alto emocional que atrajo a docenas de antiguos peloteros de
los Medias Rojas.
Los sobrevivientes de Doerr incluyen a su hijo, Don, dos nietos, y cuatro
bisnietos.
Los lazos duraderos entre Doerr, Pesky, Williams y Dom DiMaggio fueron
registrados por David Halberstam en “The Teammates” (2007). Doerr mantuvo una
amistad cercana con Williams, quien falleció en 2002. A menudo hablaban de
bateo, pero había una dimensión que trascendía su cercanía. Williams, como
producto de un hogar roto, envidiaba a Doerr por el apoyo que había recibido de
su padre.
Al reflexionar sobre su crianza, Doerr, un producto de los años de la
depresión, le dijo a Cynthia Wilber que su generación “no renunciaba ante las
dificultades, eso era un estilo de vida”.
En cuanto a su carrera de grandeliga, Doerr dijo: “En aquellos días, no pienso
que nadie fuera muy complaciente. Aun después que había jugado 10 años de
beisbol, sentía que tenía que jugar bien o alguien me quitaría el trabajo. Me
fajaba y hacía el esfuerzo extra todo el tiempo”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C
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