Santiago Hernán Solari se ha ganado la continuidad en el Real Madrid... al menos, hasta Navidad. El club bendice la inmaculada trayectoria del técnico de Rosario (tres victorias en tres partidos, once goles a favor y cero en contra) a la espera de ver la evolución del equipo ante rivales de mayor fuste que los que ha tenido hasta la fecha (Melilla, Valladolid y Viktoria Plzen en Copa, Liga y Champions). Se valora lo conseguido hasta ahora, sobre todo el hecho de poner fin a una sangría de derrotas que no sólo se llevó por delante a Julen Lopetegui,sino que amenazó con dinamitar todo el proyecto del club blanco para el curso 2018-19.
Una vez logrado lo más difícil, detener la hemorragia y encauzar el pase a octavos en la Copa y en la Champions, se trata de recuperar el pulso en Liga, empezando por la visita del próximo domingo a Balaídos, feudo tradicionalmente complicado para el Real Madrid. Las cuentas pasan por recortar distancias con respecto al Barcelona antes del parón de Navidad, aunque se tienen en cuenta todos los escenarios, es decir, incluso una ampliación de la desventaja con respecto a los líderes de la Liga. Es por eso que el club no ha cerrado el capítulo del fichaje de un nuevo entrenador, por si el equipo volviera a necesitar un nuevo impulso en las próximas semanas. El club sigue atento al mercado de entrenadores porque es su obligación y porque la posibilidad de que se repita con Solari el éxito de la fórmula Zidane rozaría lo paranormal.
Al margen de la Liga, en el calendario del club hay otra cita marcada en rojo en el calendario de los blancos. Se trata del Mundial de Clubes, en el que el Madrid busca reeditar el título conquistado en los dos últimos años. A nivel de proyección de imagen y de prestigio internacional de la institución, el torneo goza de la etiqueta de prioritario en el seno del club blanco. Sobre todo tras perder la Supercopa de Europa ante el Atlético en Tallin. Un hipotético revés en la cita de Abu Dabi también haría peligrar la continuidad de Solari al frente de la primera plantilla, aunque son varias las voces que piden que el argentino siga hasta el final de la presente temporada.
A Solari, como en su día ocurriera con Lopetegui, no le falta el apoyo del vestuario. Todo lo contrario. En la caseta son refractarios a los cambios drásticos, y en este sentido, tras el despido de Julen, se puede decir que el nuevo técnico ha caído de pie en el vestuario. A este respecto, todas las manifestaciones públicas de los fútbolistas blancos tras los últimos partidos avalan la continuidad del técnico procedente del Castilla. "Trabajamos como si Solari fuera a quedarse con nosotros toda la temporada", decía Nacho, uno de los referentes de la plantilla, en el Álvarez Claro de Melilla, tras el 0-4 en Copa que supuso el estreno del preparador en el banquillo blanco. "¿Por qué no va a seguir hasta final de temporada?", se preguntaba Karim Benzema una semana después, tras conquistar el Doosan Arena, estadio del Viktoria Plzen, en la Champions (0-5).
El caso es que la mano de Solari ya se deja sentir en el equipo. Y no sólo a nivel de resultados. A nivel deportivo, el entrenador ha dado vuelo a Vinícius, prácticamente inédito con Lopetegui, con presencias importantes en los tres partidos dirigidos por el argentino. En el lado opuesto se puede situar la suplencia de Keylor Navas en la Champions, el torneo que Julen había reservado, junto con la Copa, para el antiguo portero titular del Real Madrid. Solari, hombre de club, ha llegado para aportar ortodoxia a la gestión del equipo, y en esos parámetros se está manejando. De momento, los resultados le sonríen, y gana crédito hasta Navidad. Si todo discurre según lo previsto, el parón vacacional será el momento adecuado para volver a evaluar la situación del equipo blanco.
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