A través de su abogado, Griezmann ha comunicado al Atlético de Madrid que no se presentará este domingo en las instalaciones rojiblancas para comenzar la pretemporada
Griezmann no está dispuesto a ceder y mantiene el pulso al Atlético de Madrid, que tras la polémica comparecencia ofrecida este pasado viernes por Josep María Bartomeu, presidente del Barça, publicó un comunicado durísimo avergonzando al club culé por sus maneras en la gestión del fichaje del internacional galo. El club colchonero siente que ambas partes le han "faltado al respeto" por negociar a sus espaldas y jugar con un pago de la cláusula (120 millones) a plazos, algo que no están dispuestos a consentir.
Además, el club colchonero aprovechó el escrito difundido a través de su página web y redes sociales para mandarle un recado al futbolista, hasta hace no tanto ídolo absoluto de la afición: "Como consecuencia de todo ello, en el día de hoy, el Atlético de Madrid ha requerido al jugador, a su hermana como agente del futbolista y a su abogado, que Antoine Griezmann, en cumplimiento de sus obligaciones contractuales con nuestro club, comparezca el próximo domingo en las instalaciones de la entidad con el fin de empezar la pretemporada con el resto de sus compañeros".
Se esperaba una respuesta del jugador a esa exigencia y, por supuesto, ha sido negativa. Griezmann no está dispuesto a dar la cara y forzará hasta el final para que el Atlético y el Barça lleguen a un acuerdo que le permita vestir de blaugrana. A través de su abogado, el galo le ha hecho llegar al Atlético de Madrid su intención de no presentarse este domingo en las instalaciones rojiblancas para comenzar la pretemporada. 'El Principito' está dolido y decepcionado con su todavía entidad por una postura que considera muy diferente a la que tenía cuando le comunicó su intención de dejar el equipo. Entonces el club le mostró su agradecimiento e incluso le ofreció ayuda para que su marcha fuera lo menos problemática posible.
No maneja otras opciones
Pero las tornas han cambiado y la situación ahora es muy diferente, entre otras cosas porque Bartomeu también negó el viernes haber iniciado contactos antes, lo que cabreó enormemente a los dirigentes atléticos, que saben que el Barça viene llamando a su puerta desde febrero. Lo que parecía que iba a ser un trámite (el pago de una clausula que bajaba de los 200 a los 120 millones a partir del 1 de julio) se ha enquistado. El Barcelona, a través de un Bartomeu que intenta a toda costa limar asperezas, quiere negociar con el Atlético, que se niega. La llegada de Joao Félix, que ya le ha quitado el dorsal siete al francés, cubría la baja de Griezmann. Antes o después, el Atlético tendrá que reaccionar y darle salida. No le queda otra.
Eso sí, el culebrón, un verano más, parece que todavía tardará en esclarecerse. El jugador ya pudo acabar en el Barça la temporada pasada, pero en un polémico ducumental que no contentó a nadie decidió continuar, ante la sorpresa culé, en club del oso y el madroño con un contrato de primer orden (20 millones netos). Firmo hasta 2023 y, puesto que nadie ha pagado aún su cláusula, su obligación es atender los compromisos de la entidad madrileña. Griezmann puede manejar otras ofertas de entidades extranjeras, pero su deseo es jugar sí o sí en el Camp Nou, donde le esperan. Dos meses después de anunciar su adiós en un vídeo en Twitter, Griezmann sigue siendo rojiblanco por increíble que pareza.
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