La figura del delantero del Barça evoca a los mejores futbolistas de la historia como Picasso y Dalí lo hicieron con la pintura
El barcelonismo está preocupado desde que el lunes Messi pronunció la palabra “retirada” después de recibir el sexto Balón de Oro en París. No es que anunciara la fecha de su despedida ni que especulara con su futuro; simplemente dijo que el tiempo pasa muy deprisa y las exigencias son muy altas en un club como el Barça. Y para reafirmar su vínculo con la entidad habló de amor: “Lo que siento por este club va más allá de cualquier papel y firma. Quiero sentirme bien mientras esté en el Barça”.
Messi aclaró después que no se especulara con su adiós y que jugará en el Camp Nou mientras sea Messi. Y, esclavo como se siente de sí mismo, nadie sabe hasta cuándo durará su carrera en el Barcelona, el club de su vida desde que dejó Rosario cuando era un niño que había sido tutelado por su abuela Celia. A sus 32 años todavía es capaz de resolver partidos difíciles como el del domingo en campo del Atlético con un gol parecido a los que marcaba cuando tenía 17. El 10 copia por tanto al 10.
Hay gente como Alejandro Sabella, exseleccionador argentino, que dijo que Messi se parece a Pablo Picasso. “¿Qué es Messi? Es un genio, Messi es Picasso, Miguel Ángel; lleva el fútbol a la categoría de arte”, explicó. Y Barack Obama, el expresidente de los Estados Unidos, llegó a comparar a Messi con Picasso y Salvador Dalí para explicar que los genios necesitan trabajar con otras personas para desarrollar su estilo, una apreciación que explicaría sus fracasos con la Albiceleste.
Aseguran algunos aficionados al arte que Picasso ya había copiado a todos los grandes maestros de la pintura cuando todavía no había cumplido los 15 años. Y copiar no solo significaba calcar el cuadro si no captar el estilo, dar con la pincelada, entender y aplicar la manera de trabajar de cada uno de sus referentes, para posteriormente, ya con 20 años, pintar por su cuenta, experimentar, ir en busca de lo que le era desconocido, convertirse en Picasso. ¿En quién se ha inspirado Leo?
La diferencia del pintor con el futbolista es que uno actuó de forma consciente y el otro no, o no necesariamente en el caso de Messi. El argentino podría ser presentado hoy como la síntesis de los mejores futbolistas que ha tenido el Barça: sería tan elástico como Samitier; sabría proteger la pelota y chutar las faltas tan bien como Kubala; seguramente su velocidad mental y física se parecería a la de Cruyff; regatearía igual que Maradona y alguno de sus gestos técnicos evocaría a Ronaldinho.
Una comparativa que quedaría muy bien si no fuera porque Messi solo ha conocido a Ronaldinho y a Maradona, y tiene referencias obviamente de Cruyff. No hay que descartar, en cualquier caso, que se haya inspirado poco o mucho en la mayoría o le hayan ayudado a evolucionar hasta convertirse en la mejor versión de Messi. Ha jugado de extremo, de falso 9 o de media punta sin dejar de ser un 10. El mismo jugador reconoce ahora que se siente más constructor que rematador a pesar de haber ganado también por sexta vez la Bota de Oro (36 goles).
El duelo con CR7
Lo dice Zubizarreta: Messi se reinventa para continuar siendo Messi. Una presión autoimpuesta y que le ha servido para reinar con presidentes (Laporta, Rosell y Bartomeu) y entrenadores diferentes (Rijkaard, Guardiola, Tito Vilanova, Tata Martino, Luis Enrique y Valverde). Apadrinado por Ronaldinho, se ha mantenido en el trono sin Xavi ni Iniesta y ha desempatado con Cristiano —cinco contra seis Balones de Oro—, un registro de mérito si se tiene en cuenta a los ganadores de la Champions. Messi ha reconocido que le dolía estar empatado con CR.
A la espera de Mbappé, ahora mismo no se sabe ni siquiera quién puede ser su sustituto después del desinterés mostrado por Neymar. Messi no necesita rival para alimentar su vena competitiva; la duda es si será capaz también de hacer campeón a un equipo que está por hacer después de que se haya dicho a menudo que ha sido el Barça, y especialmente una generación de oro, la que le llevó a la cima del mundo. Valdano habla del éxito del mestizaje en un niño de calle hecho en la academia de la Masia.
Si se tiene en cuenta lo que dijo en su día Cruyff, Messi puede ganar siete o hasta ocho balones de oro, de manera que el barcelonismo no debería sufrir por su futuro. Futbolista inteligente, de una genética única, profesional y apasionado por el juego, su deseo es perpetuase para que sus hijos pueden disfrutar de unos trofeos que hasta ahora presumían sus padres y hermanos y también los aficionados que aprecian su talento y honestidad más allá de las acusaciones tributarias que tenga por su fundación.
Messi está a dos ligas de igualar a Paco Gento (10 contra 12) y también a dos Champions (cuatro contra seis) después de ganar el máximo galardón individual, trofeo que también han logrado con la camiseta azulgrana Luis Suárez, Cruyff, Stoichkov, Rivaldo y Ronaldo. Y es que más allá de si se les parece o no, o les ha tenido en cuenta —y también de que haya ganado por siete votos a Van Dijk—, la figura de Messi ha permitido actualizar el álbum de cromos desde los tiempos de Pelé.
Hoy todo el mundo sabe el nombre de los mejores futbolistas de la historia gracias a Messi, lo mismo que pasó con la pintura cuando aparecieron Picasso y Dalí, y este sí que es un galardón que no tiene precio, porque permite recuperar el pasado y visionar el futuro frente al miedo de los culers por la fecha de retirada del 10. Tal vez para recuperar el ánimo deberían recordar la última afirmación que ha hecho Mariano Rajoy cuando se le preguntó por las aspiraciones de su equipo: “El futuro del Madrid pasa porque Messi se vaya a Australia”.
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