domingo, 2 de agosto de 2020

Lendoiro: «Tebas, decide: Liga de 24 o inseguridad jurídica total»



  • AUGUSTO CÉSAR LENDOIRO

Celebro que la Federación se haya posicionado de forma decidida por una Segunda División de 24 equipos, como he venido defendiendo desde el inicio del caso Fuenlabrada. Era preciso que se pusiese sentidiño al infumable cruce de comunicados y contra comunicados; de acusaciones y recusaciones de instructores… Ante semejante desbarajuste parece apropiada una pausa de desintoxicación para los dirigentes.

Los líderazgos políticos, empresariales o deportivos se tienen que demostrar en los momentos más difíciles y éste para el fútbol lo es. Para los fáciles vale cualquiera.

La RFEF le pasó el balón al tejado de un Javier Tebas, que acaba de comprobar lo volátil que es el fútbol. En pocos días pasó de lo más alto de un podium, que se había ganado, a recibir todo tipo de críticas también justificadas. Se mueve en un terreno de arenas movedizas y, quizás por primera vez desde que es Presidente, se le nota seriamente preocupado. Por eso huye y no ha una rueda de prensa en la que responda: ¿por qué no suspendió la jornada completa? ¿por qué no informó en su debido momento a las autoridades sanitarias?

Sin la humildad de la Liga, RFEF y CSD, reconociendo el error de tan solo ordenar la suspensión del Deportivo-Fuenlabrada, no puede llegarse a un pacto, y sin pacto no cabe seguridad jurídica. La RFEF ofrece una buena solución, que precisa, igual que el acuerdo inicial, de que todos entonen el mea culpa.

Tebas tiene la llave para apoyar de forma rápida la Liga de 24, igual que lo fue, con la anuencia de RFEF y CSD, para incumplir la norma dictada para la disputa de la última jornada y para obligar al viaje del Fuenla contraviniendo normas sanitarias.

Sin duda se argumentará por alguno que no hay fechas para ello o que los restantes equipos se oponen a perder la parte de tarta televisiva que les corresponde, pero creo que ambas cuestiones son subsanables. En el primer supuesto se pueden utilizar, excepcionalmente, fechas de Navidad; o aprovechar un mayor número de miércoles, y más a la vista de la reducción de jornadas de la Copa del Rey; o buscar un nuevo sistema competitivo; o recortar el Play Off... igual que el aspecto económico puede soslayarse si son aprovechados los importantes recursos que quedarán libres de la ayuda al descenso al no producirse los de Deportivo y Numancia.

Nadie puede negar que la Liga de 24 complica la temporada, pero, sin duda, parece la solución menos mala a tenor de los graves errores cometidos. Se debe buscar, a la vista de tanto despropósito, un acuerdo que ofrezca la mayor seguridad jurídica posible para LaLiga, al objeto de no inquietar más, comenzando por el propio Banco Santander, pues, como sponsor de lujo que es, no le gustará que aparezca ligado su nombre a este disparate, cuando se le ha vendido “la mejor liga del mundo”.

La auténtica realidad es que estamos asistiendo a un nuevo capítulo del ya mítico choque entre CSD, RFEF y la Liga, poco tiempo después de afirmarnos que se habían superado las diferencias con la firma del “Pacto de Viana”, que yo en su día yo tildé de “imposición del CSD más que de pacto”, y en lo que me reafirmaría, si, ahora no triunfase el acuerdo de “buena vecindad” rubricado, y, por cierto, muy bien pagado.

Sin pacto no habrá paraíso para el fútbol. Que nadie lo dude, y menos Tebas, porque es posible que no se dé cuenta que, sin querer, puede sentenciar a un Fuenla que su único pecado fue hacerle caso, pero que sería quien recibiría el golpe que sus rivales desearían asestarle al propio Tebas. La orden de viajar a La Coruña, según palabras del Presidente de la Liga, no va a exculpar a un club que lo ha realizado, al parecer, contraviniendo estrictas obligaciones sanitarias.

Por seguridad jurídica deben intentar pactar 24 equipos en la Segunda División. Una solución que relaje a los “nerviosos”, e incluso a los ahora “tranquilos”, porque quizás mañana no lo estén. No debemos olvidar que la justicia ordinaria es impredecible y no sería de extrañar que un día decidiese jugar de nuevo toda la última jornada. La historia apunta a que cerrar en falso asuntos como éste suele ser muy peligroso.

De carrerilla, porque la actualidad es la que manda, citaré algunos casos similares que he vivido en primera persona y que muchos recordarán. Todos los ha resuelto la justicia ordinaria, unos en pocos días y otros en muchos años, pero con un denominador común: un club siempre ganó el caso a federaciones o ligas profesionales. ¡Ojo al dato!, que diría García.

Sirva como ejemplo de rapidez, y como presidente del Deportivo, la “cautelarisima” de los tribunales madrileños que, en menos de una semana suspendió la injusta sanción que la RFEF nos acababa de imponer y por la que no podíamos disputar un decisivo Deportivo-Barcelona en Riazor, debido “al impacto de una moneda de 5 pesetas al colegiado Llonch Andreu”, que había caído como si sufriera el impacto de una bala. El acudir a la justicia ordinaria me costó estar 18 meses inhabilitado como Presi del Depor.

Siendo Secretario Xeral para o Deporte de la Xunta de Galicia, iniciamos, a través de la única huelga llevada a cabo por todo el deporte gallego, el tan conocido “caso Obradoiro”, que concluyó muchos años después con el Obradoiro generándole un gravísimo problema a la ACB, como ahora apunta el “caso Guipúzkoa Basquet”.

Otro caso curioso lo viví siendo presidente del Liceo de hockey sobre patines. El Noia no se presentó, estando en Oviedo, a disputar la final de la Copa del Rey. La razón esgrimida fue que el encuentro no se televisaba para Cataluña. La Federación de Patinaje proclamó campeón al Liceo. El Noia acudió a la justicia ordinaria. A los seis años los tribunales hablaron: se debe disputar el encuentro. Muchos jugadores ya estaban retirados.

El pacto para disputar una liga con 24 equipos es la solución lógica al despropósito que estamos viviendo. Depender de la justicia ordinaria es apostar por una total inseguridad jurídica y no estamos para jugar a la ruleta rusa. Todos deben asumir que han fallado. La Federación de forma directa, y el CSD de forma indirecta, así parecen reconocerlo. Es la hora de la Liga, o lo que es lo mismo, la hora de Tebas, “sostenella e non enmendalla” sería convertir su error inicial en un enorme problema.

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