Arrancó el encuentro y el Barcelona rozó el primer gol a los dos minutos.Centro de Dembélé al que Griezmann remata forzado y manda el cuero por encima del travesaño. Primer y único aviso de los de Ronald Koeman durante el primer acto, salvo por una delicatessen casi imposible que intentó Messi al tratar de hacerle una vaselina a Oblak. Y es que pasaban los minutos y ya se puede asegurar que de aquel Atlético que regalaba la posesión hasta tener su ocasión y ganar 1-0 ya no queda nada. Los colchoneros se sentían cómodos con el balón y dejaban grandes combinaciones, sobre todo cuando la pelota pasaba por los pies de Joao Félix.
Messi, ‘cansado’ y desaparecido
Pudo haberse adelantado mucho antes el equipo local, pero Ter Stegen, primero, y luego el larguero se interpusieron en su camino. En la primera de ellas, una jugada preciosa del Atlético, que inició Llorente llevándose el balón por fe, terminó con un zurdazo de Saúl desde la frontal. El ilicitano se topó con una mano providencial del portero alemán del Barcelona, que voló para obrar su milagro. Minutos después, pase al hueco perfecto de Ángel Correa que Marcos Llorente estrella en el travesaño. Los de Simeone demostraron que son capaces de practicar un fútbol bonito y ser sólidos en defensa.
Tan férreos en defensa que no daban opción al Barcelona. El futbolista de ataque más destacado era Dembélé. Messi debía estar ‘cansado’ todavía, aunque todos somos conscientes de que al ’10’ le hace falta media oportunidad para liarla. Pedri y Griezmann también estaban desaparecidos gracias al gran planteamiento táctico de Simeone. Los culés no encontraban el hueco por la zona central y es por eso que buscaban a Ousmane, que firmó un buen duelo con un Mario Hermosoque avisa a Renan Lodi de que le va a poner resistencia por el puesto. Fue el extremo francés el que provocó una amarilla a Koke antes de que el colegiado le mostrase otra al lateral izquierdo colchonero aunque el VAR tuvo que llamarle para decirle que era para Carrasco. Uno de esos puntos, el de la confusión de identidad, en los que la tecnología puede entrar.
Ter Stegen, a por uvas; Carrasco, a por el gol
Como había dicho un servidor, Messi necesita entre poco y nada para causar peligro y si se asocia con Jordi Alba, cuidado. El lateral vio el hueco y se la puso al rosarino, que controló y, casi sin ángulo, disparó a puerta. Oblak se fue bien abajo y atajó en dos tiempos el disparo del futbolista que cumplía 800 partidos con la camiseta del Barcelona. Si el argentino se lamentaba por su error, unos minutos después la decepción de Dembélé fue mayor. El francés cayó mal en una pugna con Carrasco y se dolió del hombro. En el descanso se iba a probar a ver si podía continuar, pero tanto a él como a sus compañeros les tocó sufrir un mazazo: el gol del Atlético. Córner para el Barça, pelotazo del Atlético para despejar el peligro, Correa que ve correr a Carrasco con todo el campo rival por delante. El argentino se la da, Ter Stegen salió a por uvas casi hasta el medio campo, toque sutil del belga con el exterior para tirarle un cañito y desde más de 30 metros manda el balón al fondo de la red.
Tras el gol llegó el descanso y a la vuelta también regresó Osumane Dembélé al campo para ser testigo de como el partido seguía el mismo guion. Dominio, comodidad y control de un Atlético que siempre ha estado acostumbrado a sufrir frente al Barcelona, aunque los de Ronald Koeman también las tuvieron. Lenglet disfrutó de dos cabezazos prácticamente seguidos que, por fortuna para los rojiblancos, fueron al muñeco. El mismo central fue el encargado entre ambas de cortar con un ligero toque de balón lo que podía haber sido una ocasión clara y manifiesta de gol de Joao Félix.
Koeman movía el banquillo y daba entrada a Coutinho por un Pedri que estuvo desaparecido. El canario va sobrado de calidad y parece estar preparado para los grandes duelos, pero el Atlético exige demasiado y pasó totalmente inadvertido por el Metropolitano. Minutos después, otro cambio, pero esta vez por obligación. Piqué abandonó el terreno de juego entre lágrimas después de que Correa, al que le habían hecho falta, cayese sobre el pie que tenía apoyado. Mal movimiento de rodilla que hicieron saltar las alarmas en el Barça y que, a falta de parte médico, no pinta nada bien para el central culé. Entró Sergiño Dest en su lugar y Frenkie de Jong pasó a la defensa y Sergi Roberto adelantó su posición hasta la medular.
El Atlético va en serio
El Barcelona lo intentaba, pero desde lejos. Se olía más peligro cuando el Atlético rondaba el área de Ter Stegen, al que llegaban con facilidad. En gran parte, gracias al gran partido de Koke, que atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera. Pasaban los minutos y los culés comenzaban a impacientarse. Diego Costa entró por Llorente para fijar a la defensa rival y evitar que se fueran todos arriba. Ni Messi con las faltas que tanto le gustan, ni Griezmann con un testarazo eran capaces de incomodar a Jan Oblak. Hubo más movimientos a falta de diez minutos: Pjanic y Griezmann se iban y entraban Braithwaite y Trincao, mientras que el el Atleti se marcharon Joao y Correa y ocuparon sus puestos Kondogbia y Lemar.
Como ya es rutina en el Atlético, no se conformaban con el 1-0 y buscaban el segundo ante un Barcelona que, pese a su voluntad de igualar la contienda, eran incapaces de mostrar esa versión de los últimos años. Con la marcha de jugadores como Joao Félix, Llorente y Correa le costó un poco más al cuadro colchonero, pero la situación estaba controlada. Rondando el 90 llegó el susto. Sergi Roberto chutó desde fuera del área y Giménez desvió ligeramente el balón, que se marchó lamiendo el palo para alegría de los locales. Sonó el pitido final tras un córner que despejó la zaga rojiblanca y al que Ter Stegen quería subir a rematar y Koeman no se lo permitió. Concluyó el partido y tres puntos importantísimos para un Atleti que ya ha instaurado el régimen del terror en la Liga Santander.
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