Posted: 31 Jan 2021 04:13 AM PST Cuba primero, y Dominicana después, han sido los reyes de la Serie del Caribe. Pero el formato ha cambiado muchísimo. Ahora reúne a seis países, sin descartar que en un futuro sean más, y se presenta, desde hace un par de años, como una competencia de países, ya no de clubes con uniformes nacionales en ocasiones Por Ignacio Serrano ElEmergente.com De La Habana a Mazatlán. Del Almendares a los Toros del Este. De Monte Irvin a Robinson Canó. La Serie del Caribe ha hecho un largo recorrido lleno de altibajos e instantes de gloria, desde 1949 a esta edición de 2021. Llega así a su sexagésima tercera edición. El torneo que ahora acoge Mazatlán fue alguna vez el sueño de dos visionarios, debió superar severas crisis y hoy vive un nuevo florecer, tras el regreso transitorio de Cuba, el cambio en el formato de competición y, sobre todo, una expansión que permitió la entrada de nuevos países, con la posibilidad de seguir creciendo en un futuro no muy lejano. La justa ha evolucionado en muchos otros modos, luego de ser por muchos años el escenario para que las principales figuras de la pelota profesional de Cuba, México, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia y Venezuela mostraran su talento en defensa de los colores de su país, acompañados por incontables estrellas del norte que pasaron por el Clásico de Febrero antes de llegar a Cooperstown. LA IDEA NACIÓ EN CARACAS. La cita nació, curiosamente, como un duelo de clubes campeones, aunque devino algo distinto, sin cambiar del todo el carácter original que plantearon los venezolanos Oscar Prieto y Pablo Morales. Hasta hace muy poco tiempo, cuando eso también varió. Hoy por hoy, el comisionado Juan Francisco Puello Herrera habla abiertamente de una reunión de países, no de escuadras, porque han decidido potenciar esa idea para avanzar en la comercialización y mercadeo Prieto y Morales formaron un dúo especial en los anales del deporte de los diamantes en la región. En menos de tres años, pasaron de echar las bases de esta justa anual a rebautizar al equipo más ganador en el circuito de su país: los Leones del Caracas. La célebre pareja ganó fama por su habilidad en los negocios y frente a los micrófonos. Y con la inspiración que les dejó la celebración de la Serie Interamericana, un torneo que enfrentó en el viejo estadio caarqueño de San Agustín a equipos de México, Estados Unidos, Cuba y Venezuela, entre 1946 y 1950, el par de socios convocó en Miami la creación de un torneo que pusiera a jugar frente a frente a los equipos campeones de las ligas integrantes de la Confederación del Caribe. Durante 11 años, la primera etapa de esta competición contó con la participación de cubanos, boricuas, panameños y venezolanos. La Habana fue la primera sede, en 1949, y el legendario Almendares de Fermín Guerra, el primer campeón, en el Grand Stadium del Cerro. La gran Antilla fue también el gran animador de los tiempos fundacionales. Los últimos cinco títulos fueron a dar a la isla. Pero la desaparición de la pelota profesional en Cuba, tras la llegada de la revolución comunista, dejó la reunión sin uno de sus animadores y la serie se canceló. RESURGIR EN 1970. Una década, exactamente, duraría esta primera gran crisis, que por poco da al traste con el proyecto de una liguilla regional, hasta que en 1970 renació, en una segunda etapa que dura hasta hoy. República Dominicana y casi de inmediato México se sumaron a Puerto Rico y Venezuela, para refundar el evento y darle las características que tiene actualmente. Se rescató la idea de rotar la sede entre los países miembros de la confederación, aunque hubo altos y bajos, especialmente por motivos económicos: en 1981 no hubo torneo, y al retomarse, fue casi como un paria, en busca de un lugar donde radicarse. De no ser por los esfuerzos de la Liga del Pacífico Mexicana, que organizó cuatro de los ocho topes disputados entre 1982 y 1989, la idea ha podido desaparecer nuevamente. Un experimento para probar Miami como sede permanente sólo duró dos años. Los manitos volvieron a ofrecerse para montar las citas de 1992 y 1993, aunque un año después empezó, lentamente, una era de estabilidad. La aparición del Dream Team boricua, en 1995, y el surgimiento y caída del Equipo de Ensueño quisqueyano, en 1996, añadieron sal a la justa. Grandes patrocinantes fueron sumándose a finales de la década y hoy es casi impensable prever la desaparición del proyecto, incluso a pesar de la ausencia de Venezuela en 2003, debido a la situación política del país suramericano, y de Puerto Rico en 2008, por la temporal desaparición de su circuito invernal.
El nuevo formato, a partir de 2013, ha añadido emoción y vértigo para quienes disfrutan del evento. Se creó una final y se perfección el sistema de competición, hasta llegar a un todos contra todos inicial, seguido de semifinales y final.
Cuba, con 7 títulos de 12 posibles en la primera etapa y uno más en su regreso, y Dominicana, con 20 en 51 ediciones de la segunda, han sido los reyes hasta ahora. En el ínterin, Puerto Rico se las ha ingeniado para cargar con 16, México con 9, Venezuela con 7 y Panamá con 2.
Reincorporar a Cuba quizás siga siendo un reto. También una nueva expansión que, luego de incluir a Colombia y Panamá, pueda tal vez mirar hacia Nicaragua, donde también se juega pelota profesional durante el invierno boreal. Eso daría mayor lustre a lo que un día, a finales de 1948, fue solamente la visión de dos soñadores, hoy una realidad.
Publiqué esta nota en ESPNdeportes.com, el 1° de febrero de 2008. La actualicé para El Emergente, este 31 de enero de 2021. |
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