domingo, 20 de febrero de 2022

EL DOPING Y EL ÉXITO NORUEGO EN LOS JO DE INVIERNO por El Mundo

  

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Kamila Valieva, durante los Juegos.
Kamila Valieva, durante los Juegos.Bernat ArmangueAP

Toda competición, en especial las más importantes, se define y pasa a la historia por la calidad de sus resultados. Pero en ocasiones, torcidamente, se recuerda menos por su relieve deportivo que por algún episodio conectado pero indeseable. Por un escándalo. Y en deporte el sinónimo de escándalo agrupa seis letras mayúsculas que abrasan y apestan: DOPAJE.

Estos Juegos Olímpicos de Invierno serán recordados fundamentalmente por el positivo de Kamila Valieva, registrado en diciembre, en los Campeonatos nacionales rusos, celebrados en San Petersburg, y hecho público en Pekín. Valieva destaca por dos características que han llevado su nombre a las primeras páginas: es un prodigio del patinaje artístico y tiene 15 años. Es, pues, menor y, por consiguiente, según las normas del Comité Olímpico Internacional (COI), "persona protegida". Su edad la ampara. Y aunque no borra las consecuencias de sus actos, la exime de una culpa desviada hacia su entorno.

Ni inocente ni culpable, su caso, particularmente aberrante, ha conducido a Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), a anunciar que el alto organismo estudiará prohibir la participación olímpica a los menores. Desencadena, además, un jeroglífico jurídico por resolver y pone de nuevo el foco en las contumaces prácticas de una Rusia que sigue vetada como país. Sus deportistas, sin derecho a escudo, himnos y bandera, compiten bajo las letras ROC (Comité Olímpico Ruso, según las siglas en inglés).

En el campo estrictamente deportivo, Pekín, que ha sido un modelo de organización y garantías sanitarias, ha coronado a Noruega, la gran potencia histórica en los deportes de invierno. Un país de cinco millones y medio de habitantes ha cosechado 37 medallas (16 de oro, ocho de plata y 13 de bronce). Aportaba una reducida expedición, comparada con otros países, de 84 atletas, con un resultado estadísticamente formidable. El especialista en biatlón (esquí de fondo y tiro con carabina) Johannes Thingnes Boe personaliza ese éxito con sus cinco metales, cuatro de ellos dorados.

El esquí alpino sonrió colectivamente a Suiza con nueve medallas (5-1-3) e individualmente al austriaco Johannes Strolz (dos oros, uno de ellos en el eslalon mixto, y una plata). En ese eslalon paralelo por equipos mixtos, Mikaela Shiffrin completó su desdichada actuación arrastrando a Estados Unidos al cuarto puesto. Ha competido más que nadie y se va de vacío.

España, en una actuación acorde con sus posibilidades y con una magra delegación de 14 miembros, regresa a casa con una plata (Queralt Castellet en el half pipe del snowboard) y tres diplomas: Javi Liso (sexto en el big air del esquí acrobático), Lucas Eguibar (séptimo en snowboard cross) y Oliva Smart y Adrián Díaz (octavos en la danza del patinaje artístico).

Lo mejor para nosotros residió en el nombramiento de Juan Antonio Samaranch como vicepresidente del COI, un cargo que ya ostentó de 2016 a 2020. Era el único candidato, demostración de su importancia en Lausana, y su elección refuerza las esperanzas de una candidatura Cataluña-Aragón para organizar unos Juegos de Invierno

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