jueves, 2 de junio de 2022

¿Por qué Nadal puede plantearse el adiós tras jugar uno de los mejores partidos de su vida?

 


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El tenista padece una enfermedad degenerativa en el pie izquierdo y todo apunta a que renunciará a Wimbledon y se tomará unas semanas de descanso. "Puede pensar en la retirada u optar por terapias alternativas", apunta el doctor Villanueva.

Rafa Nadal celebra su victoria ante Djokovic en cuartos de final.
Rafa Nadal celebra su victoria ante Djokovic en cuartos de final.EFE

Pasadas las dos de la madrugada de este pasado miércoles, con la sala de prensa de Roland Garros repleta y los más rezagados de los 14.800 espectadores que colmaron la Philippe-Chatrier para disfrutar de su partido de cuartos con Novak Djokovic emprendiendo el camino de regreso desde Port d'Auteuil, Rafael Nadal deslizaba un mensaje enigmático en la dirección que se viene manifestando desde hace varias semanas, desde que volvió a verse afectado por la lesión crónica en el pie izquierdo con la que convive desde 2005: «No sé qué pasará después del torneo».

El 13 veces campeón en París rechazó ofrecer mayores detalles sobre los cuidados a los que se está sometiendo para poder competir al máximo nivel. «Aquí vinimos a dejarlo todo», insistió, apelando al trabajo de su médico, Ángel Ruiz-Cotorro, como determinante a la hora de poder dar su máximo rendimiento en unas condiciones físicas que, a un día de cumplir 36 años, siguen siendo su gran problema.

«Fue el partido más intenso que he visto», apunta en conversación telefónica con este periódico Jordi Arrese, plata olímpica en los Juegos de Barcelona y comentarista de Eurosport. «Vi a Rafa bien de físico, cabeza y agresividad. Sereno y mentalmente muy fresco. Con el nivel que tiene, sería el primero que le pediría que juegue Wimbledon, pero para eso hay que estar metido en su cuerpo».

Una de las hipótesis abiertas para después del torneo, que es cuando hablará sobre su futuro, es que se tome un período de descanso y renuncie a jugar en el All England Club. Otra, la más drástica, su retirada. Si no supiéramos que padece el síndrome de Müller Weiss, una enfermedad degenerativa en el escafoides del pie izquierdo que ya le obligó a estar cinco meses fuera de combate la pasada temporada y debido a la cual terminó cojeando su partido de octavos de final del Masters 1000 de Roma frente a Denis Shapovalov, sería lícito pensar que estamos ante la enésima y mejorada reinvención de un jugador que completó uno de las actuaciones más deslumbrantes de su carrera. «Le vi mejor que nunca. Creo que desaprovechar ese nivel técnico y táctico sería una lástima», asevera Arrese.

«Lo que deja entrever es que puede estar jugando infiltrado cada partido para eliminar el dolor, además de tomar antiinflamatorios, pero así no se puede continuar una carrera deportiva», explica a este periódico Manuel Villanueva, traumatólogo, director de Avanfi y varias veces premiado por la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS).

MÁS DE OCHO HORAS EN DOS PARTIDOS

Nadal entrenó este miércoles en las instalaciones de Jean Bouin, aledañas a Roland Garros, y se medirá este viernes con Alexander Zverev en busca de su decimocuarta final del torneo, tras invertir ocho horas y 33 minutos en el global de sus dos últimos partidos.

«El peor escenario es que el pie se haya colapsado aceleradamente y esté en fase de artrosis rápidamente evolutiva o se haya fracturado y colapsado el escafoides, que es la fase más avanzada de su enfermedad. Si eso es así es muy difícil, pese a su capacidad para soportar dolor, seguir con este ritmo de competición. Es posible que se esté planteando la retirada, pero si no se ha llegado a esa fase podría optar por otras alternativas que, en cualquier caso, exigirían un período de descanso y tratamiento», prosigue Villanueva.

«Una vez que acabe Roland Garros, donde estoy seguro que volverá a ganar, existe la posibilidad de que se someta a un ciclo de infiltraciones con plasma rico en plaquetas mediante perforación intraósea o que cambie el tipo de terapia y elija el orthokine (suero autólogo condicionado), una terapia biológica interesante en el tratamiento de la artrosis que puede bloquear el dolor y la inflamación, o incluso células madre, pero no existe evidencia científica con estas terapias para dar un pronóstico. En cualquier caso, es difícil dar una opinión sin saber exactamente el estado de su enfermedad».

Nadal ha jugado 26 partidos en lo que va de temporada, sólo tres menos de los que disputó en 2021. Cuenta con 23 victorias y tres derrotas y ha ganado el Abierto de Australia, el ATP 500 de Acapulco y el ATP 250 de Melbourne, además de disputar la final en el Masters 1000 de Indian Wells, donde sufrió una fisura en las costillas.

Llegó a París con sólo cinco partidos de preparación. «Lo he visto entrenar y es como si su juego mejorara un 30%. Su derecha de pronto es 20 millas más rápida y se mueve mejor», dijo antes de iniciarse el torneo Zverev, su penúltimo obstáculo hacia el vigesimosegundo grande.

¿Por qué Nadal puede plantearse el adiós tras jugar uno de los mejores partidos de su vida?

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El tenista padece una enfermedad degenerativa en el pie izquierdo y todo apunta a que renunciará a Wimbledon y se tomará unas semanas de descanso. "Puede pensar en la retirada u optar por terapias alternativas", apunta el doctor Villanueva.

Rafa Nadal celebra su victoria ante Djokovic en cuartos de final.
Rafa Nadal celebra su victoria ante Djokovic en cuartos de final.EFE

Pasadas las dos de la madrugada de este pasado miércoles, con la sala de prensa de Roland Garros repleta y los más rezagados de los 14.800 espectadores que colmaron la Philippe-Chatrier para disfrutar de su partido de cuartos con Novak Djokovic emprendiendo el camino de regreso desde Port d'Auteuil, Rafael Nadal deslizaba un mensaje enigmático en la dirección que se viene manifestando desde hace varias semanas, desde que volvió a verse afectado por la lesión crónica en el pie izquierdo con la que convive desde 2005: «No sé qué pasará después del torneo».

El 13 veces campeón en París rechazó ofrecer mayores detalles sobre los cuidados a los que se está sometiendo para poder competir al máximo nivel. «Aquí vinimos a dejarlo todo», insistió, apelando al trabajo de su médico, Ángel Ruiz-Cotorro, como determinante a la hora de poder dar su máximo rendimiento en unas condiciones físicas que, a un día de cumplir 36 años, siguen siendo su gran problema.

«Fue el partido más intenso que he visto», apunta en conversación telefónica con este periódico Jordi Arrese, plata olímpica en los Juegos de Barcelona y comentarista de Eurosport. «Vi a Rafa bien de físico, cabeza y agresividad. Sereno y mentalmente muy fresco. Con el nivel que tiene, sería el primero que le pediría que juegue Wimbledon, pero para eso hay que estar metido en su cuerpo».

Una de las hipótesis abiertas para después del torneo, que es cuando hablará sobre su futuro, es que se tome un período de descanso y renuncie a jugar en el All England Club. Otra, la más drástica, su retirada. Si no supiéramos que padece el síndrome de Müller Weiss, una enfermedad degenerativa en el escafoides del pie izquierdo que ya le obligó a estar cinco meses fuera de combate la pasada temporada y debido a la cual terminó cojeando su partido de octavos de final del Masters 1000 de Roma frente a Denis Shapovalov, sería lícito pensar que estamos ante la enésima y mejorada reinvención de un jugador que completó uno de las actuaciones más deslumbrantes de su carrera. «Le vi mejor que nunca. Creo que desaprovechar ese nivel técnico y táctico sería una lástima», asevera Arrese.

«Lo que deja entrever es que puede estar jugando infiltrado cada partido para eliminar el dolor, además de tomar antiinflamatorios, pero así no se puede continuar una carrera deportiva», explica a este periódico Manuel Villanueva, traumatólogo, director de Avanfi y varias veces premiado por la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS).

MÁS DE OCHO HORAS EN DOS PARTIDOS

Nadal entrenó este miércoles en las instalaciones de Jean Bouin, aledañas a Roland Garros, y se medirá este viernes con Alexander Zverev en busca de su decimocuarta final del torneo, tras invertir ocho horas y 33 minutos en el global de sus dos últimos partidos.

«El peor escenario es que el pie se haya colapsado aceleradamente y esté en fase de artrosis rápidamente evolutiva o se haya fracturado y colapsado el escafoides, que es la fase más avanzada de su enfermedad. Si eso es así es muy difícil, pese a su capacidad para soportar dolor, seguir con este ritmo de competición. Es posible que se esté planteando la retirada, pero si no se ha llegado a esa fase podría optar por otras alternativas que, en cualquier caso, exigirían un período de descanso y tratamiento», prosigue Villanueva.

«Una vez que acabe Roland Garros, donde estoy seguro que volverá a ganar, existe la posibilidad de que se someta a un ciclo de infiltraciones con plasma rico en plaquetas mediante perforación intraósea o que cambie el tipo de terapia y elija el orthokine (suero autólogo condicionado), una terapia biológica interesante en el tratamiento de la artrosis que puede bloquear el dolor y la inflamación, o incluso células madre, pero no existe evidencia científica con estas terapias para dar un pronóstico. En cualquier caso, es difícil dar una opinión sin saber exactamente el estado de su enfermedad».

Nadal ha jugado 26 partidos en lo que va de temporada, sólo tres menos de los que disputó en 2021. Cuenta con 23 victorias y tres derrotas y ha ganado el Abierto de Australia, el ATP 500 de Acapulco y el ATP 250 de Melbourne, además de disputar la final en el Masters 1000 de Indian Wells, donde sufrió una fisura en las costillas.

Llegó a París con sólo cinco partidos de preparación. «Lo he visto entrenar y es como si su juego mejorara un 30%. Su derecha de pronto es 20 millas más rápida y se mueve mejor», dijo antes de iniciarse el torneo Zverev, su penúltimo obstáculo hacia el vigesimosegundo grande.

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