MUNDIAL 2022 QATAR
Los constructores españoles de tres estadios del Mundial: "Ha habido acusaciones de medios sin mucha base"
Un estudio de Alcobendas realiza para el Mundial el 974, el primer estadio desmontable, hecho con contenedores de barco, y la primera experiencia de refrigeración, el Education City. Fenwich & Iribarren son también coautores del Al Thumama.
Los estadios del Mundial son como las pirámides de Egipto, un símbolo de poder en mitad del desierto, aunque en civilizaciones distintas. El de Qatar es el poder de los hidrocarburos. Para su construcción, el emir Hamad Al-Thani, padre del actual y bajo cuyo reinado se consiguió el torneo, buscó no sólo a los mejores arquitectos del mundo, como Norman Foster, sino las ideas, los proyectos que pudieran presentar al organizador como un país innovador, avanzado a su tiempo. Las mejores las encontró en un estudio español, localizado en Alcobendas, liderado por Mark Fenwick y Javier Iribarren. De los ocho estadios, han participado en tres, en dos como autores totales, el Education City y el 974, y en el tercero, el Al Thumama, como coautores. Son las pirámides españolas del Mundial.
Fenwick e Iribarren han aportado, además, dos ideas revolucionarias y pioneras, como son la refrigeración de un estadio entero, en el caso del Education City, y la construcción de uno montable y desmontable con contenedores de barco, el 974. Fenwick no pensaba en los estadios, a pesar de que ya había hecho el del Espanyol en Cornellà, cuando después de la crisis de Lehman Brothers y el freno a la construcción en Europa, se fue a los países del Golfo en busca de trabajo. "Lo primero que me propusieron fue hacer un camellódromo, para lo que ideamos una grada móvil, porque los camellos corren en línea. Pero al conseguir en Mundial, me pidieron aplazarlo y presentar proyectos para los estadios", explica a EL MUNDO.
El primero para el que ganaron el concurso fue el Education City. Después el Al Thumama, donde España se enfrentará a Alemania en el segundo partido, recinto en el que han trabajado conjuntamente con el arquitecto qatarí Ibrahim Jaida. En su estudio diseñaron la maqueta de la cubierta, que replica la gahfiya, el gorro de los adolescentes musulmanes, con una impresora 3D. "Nos había ido tan bien que arriesgamos y propusimos el estadio desmontable", dice Fenwick. "Le dije a mi socio que me iba al ToysRus a comprar un Lego y de esa forma empezamos -añade-. Cuando nos preguntamos qué podía ser cada pieza, pensamos en los contenedores del transporte en barco".
Ahora que ya está levantado, el arquitecto sostiene que la similitud con el proyecto inicial es total, "hasta da un poco de miedo". "Era el primero que se levantaba de este modo y por eso era necesario que la seguridad fuera lo principal. Se ha controlado y vigilado mucho por parte de la FIFA, con empresas que han auditado la construcción. El resultado ha sido cum laude", añade Iribarren.
A pesar de la pandemia, el estadio, situado en la bahía de Doha, se levantó en los plazos establecidos. Los contenedores se fabricaron en una factoría de Shanghai y transportados en barco. "Pensábamos que para hacerlos deberían parar el resto de producción, pero la realidad es que en tres o cuatro días los habían acabado. Impresionante. Fue una cura de humildad", continúa Fenwick.
"Los contenedores no ocupaban ni la mitad del barco y tienen la medida homologada para la navegación marítima. Sólo se han hecho unos pocos a medida para espacios como la sala VIP. El resto, lavabos y otras dependencias, estarán todos en contenedores", explica Iribarren.
El estadio 974 no tiene refrigeración. "Respira entre los contenedores. Hemos hecho estudios y funciona muy bien. Todos los demás la tienen, aunque las temperaturas no son extremas en esta época", afirma Fenwick. "Fuimos los primeros arquitectos en ponerlo en práctica -prosigue-, con la ayuda de una empresa de ingeniería. Son nuestras dos primicias, el estadio desmontable y el refrigerado. El banco de pruebas fue el Education City. No es eficaz hacerlo con un aire acondicionado normal, porque se escapaba, hay que enfriar el espacio. Para eso instalamos una placa de hielo debajo que enfría todo el recinto. En su verano, lo hemos testado a 24 o 25 grados, y una vez que vino una inspección de la FIFA lo pusimos a 19. Casi se resfría todo el mundo. El sistema es similar al de las neveras de supermercado que están abiertas, y además es más sostenible que calefactar. Toda la energía para hacerlo es solar".
Los arquitectos españoles están especialmente satisfechos de haber hecho una "contribución sostenible" para los estadios. "En Sudáfrica o Brasil se cometieron irresponsabilidades, especialmente en países tan pobres, con monstruos que apenas se usan después". El estadio 974 va acompañado de un catálogo para múltiples usos de otras instalaciones. Montarlo en otro lugar llevaría unos ocho meses. Cuando se retire de la Bahía de Doha, en su lugar habrá un estanque.
"Los estadios tienen que mejorar las ciudades en las que están, no al revés. Serán las catedrales del futuro, con actividad todo el año. Pueden llevarte de la cuna a la tumba, realmente. La prueba es el columbario que se abrió en el estadio del Espanyol para gente que quiere depositar ahí sus cenizas", explica Fenwick.
La satisfacción de las autoridades qataríes les llevó a encargar al arquitecto un libro sobre todos los estadios del Mundial, incluso los que no llevaban la firma de su estudio. "El Al Bayt, donde se celebrará la inauguración, reproduce una jaima, con una tela hecha de polímeros por debajo, algo muy novedoso. También me gusta muchísimo el Al Janoub, pese a que creó mucha polémica por su cubierta. Es tremendamente elegante y obra de la arquitecta iraní Zaha Hadid, la primera mujer en ganar el Premio Pritzker, fallecida recientemente".
A la pregunta de cómo soporta un arquitecto que en sus construcciones se hayan podido dar casos de explotación laboral y fallecimientos, como denuncian las ONGs, Fenwick contesta: "Por lo que yo sé en mis estadios no ha habido percances serios. En la última visita, había incluso un contador que sumaba los días de trabajo y ponía que sin accidentes. De esa monotorización se ocupaba una empresa externa". "Pero la realidad -continúa- es que no sé cuántas muertes ha habido, y me extrañaría que no fuera ninguna, pero también creo que ha habido acusaciones de medios sin mucha base"
"No hay duda -admite Fenwick- de que Qatar es un sitio difícil para las cuestiones laborales y las condiciones para levantar un estadio son duras, pero gracias al Mundial se han producido cambios en las normas de contratación y en el estado de los campamentos de obreros. Estuve en uno, incluso comí en la cantina, y me pareció aceptable. Mis estadios, además, con excepción de HBK, que es qatarí, los han levantado constructoras inglesas, estadounidenses y turcas".
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