sábado, 24 de diciembre de 2022

De Paul y Molina, en un entrenamiento del Atlético de Madrid

 

  

Messi son los otros

De Paul y Molina, en un entrenamiento del Atlético.
Volver a la Liga este jueves tras haber disfrutado
 de un Mundial es como regresar al trabajo en
 septiembre en medio del tráfico después de
 haber estado haciendo submarinismo en la
 Polinesia.

Volver siendo del Atlético de Madrid tras haber visto a De Paul y a Molina con la albiceleste es como despertar en una pensión solo, mal afeitado y con un mando a distancia, después de haber soñado que estabas con Ana de Armas y Úrsula Corberó.

Así que bienvenidos todos a la cruda realidad. A la cama sin hacer y a los lunes en la oficina. Muchos de los chicos que se han dejado el alma por su selección no meterán igual la pierna contra el equipo recién ascendido. No habrá penaltis después de un empate a cero. Los arbitrajes serán incluso peores (si es que cabe: cabe) que en Qatar. Dejaremos de ver a Gvardiol o al 8 de Marruecos. Messi y Neymar volverán a París y no a Barcelona. Y De Paul y Molina -después de ese doble extraño caso de suplantación de personalidad que ha durado un mes- volverán a ser De Paul y Molina.

Regresar a la Liga es regresar a casa. A lo malo conocido después de que hayamos visto lo bueno por conocer. Es recordar que Mbappé no vino a jugar a España y también es saber que Messi son los otros.

Porque si el 10 argentino ha sido el Rey Midas de su equipo (convertía en oro a todos los compañeros que tocaba), también se ha convertido en el motor de frustración del resto acá. Un motor que sigue rugiendo semanas después en nuestro campeonato nacional.

Frustración en el Barcelona, el líder de la Liga, porque sigue maldiciendo el día en que se fue y fabula cómo mejoraría hoy su ataque si el argentino siguiera en el club.

Frustración en el Real Madrid, porque iban irremediablemente con Brasil y la mayor parte de sus aficionados deseaba que no ganara Leo por su pasado blaugrana.

Frustración en el Atlético de Madrid, porque los citados mundialistas rojiblancos (al tiempo) son muchísimo menos mundialistas sin él.

Y frustración también en el Sevilla, exactamente por la misma razón que el anterior, que está en posiciones de descenso a pesar de contar con tres campeones del mundo en sus filas.

En fin, que ya estamos todos de vuelta.

Cómo estaba uno echando de menos a Gil Manzano.

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