jueves, 15 de febrero de 2018

Independiente y Gremio firman tablas en una final llena de detalles/ Rodolfo Chisleanschi

  
Menéndez y Leonardo Moura disputan un balón en Avellaneda. AFP


"Es una final pareja que se va a definir por detalles", aseguraba Ricardo Bochini, máximo ídolo de la historia de Independiente de Avellaneda en la víspera del encuentro de ida por la Recopa Sudamericana ante el Gremio de Porto Alegre. Y como solía ocurrir cuando pisaba la pelota sobre el césped, el fútbol volvió a darle la razón.
Los 90 primeros minutos de este combate a dos rounds estuvieron plagados de detalles que fueron alterando la balanza hacia uno y otro lado hasta dejarla exactamente en el medio, el sitio quizás más justo para un encuentro frenético y caliente, propio de un partido decisivo entre un equipo argentino y otro brasileño.
Apenas dos veces en su larga historia había visitado Gremio el "infierno" de Avellaneda sin haber podido sacudir la red de su rival y le bastó una primera aproximación para quebrar el maleficio. El vasco Amorebieta dejó corto un pase en la salida defensiva y se la regaló nada menos que a Luan. La estrella gaúcha galopó varios metros y acarició la pelota con suavidad con su pie zurdo para cruzarla sobre la salida del arquero Campaña.

Independiente 1 - Gremio 1

Independiente: Campaña; Bustos, Alan Franco, Amorebieta y Gastón Silva; Maximiliano Meza, Nicolás Domingo y Fernando Gaibor; Benítez, Gigliotti y Jonathan Menéndez. DT: Ariel Holan.
Gremio: Marcelo Grohe; Léo Moura, Geromel, Walter Kannemann y Bruno Cortez; Lima, Maicon, Jailson y Cícero; Luan y Everton. DT: Renato Portaluppi.
Árbitro: Roddy Zambrano (Ecuador). Amonestó a Amorebieta, Leandro Fernández y Domingo (Independiente); Moura, Geromel y Alisson (Gremio). Expulsó a Gigliotti (Independiente).
Goles: 21' Luan (Gre), 32' Cortez en contra (Ind).
Estadio: Libertadores de América (47.000 espectadores).
Iban 21 minutos y sin embargo aquel error que acabó en gol no fue el primer detalle que había dejado el encuentro. Por entonces, Independiente ya llevaba un cabezazo de Meza en el travesaño y dos carreras del "supersónico" Menéndez por izquierda habían sembrado el pánico en el área visitante. Pero el conjunto que dirige Ariel Holan se caracteriza por concretar un porcentaje muy bajo de las ocasiones que fabrica, y suele pagar el pecado en su propia meta.
Se relamía la herida del impensado 0-1 el conjunto local cuando a los 25, Emanuel Gigliotti, su delantero centro, saltó a pelear un balón por alto con Walter Kannemann, el defensa argentino de Gremio. El cuatro tricolor cayó fulminado, el ecuatoriano Roddy Zambrano (de pésima actuación), amonestó a Gigliotti pero el VAR le obligó a corregirse y cambiar la tarjeta amarilla por roja.
La noche pareció oscurecerse del todo para Independiente, y sin embargo, tuvo lugar en ese momento el detalle decisivo: apareció la historia y la mística de un club habituado a las mayores gestas cuanto más grande es el desafío.
Se encendió el público en las tribunas, empujó a su equipo hacia adelante, Gaibor ejecutó con picante una falta desde el lateral izquierdo, la peinó Cortez en las alturas y el manotazo de Marcelo Grohe no pudo evitar el empate. Le faltó al local en ese interín hasta el descanso el acierto y la pausa necesarias para traducir su empuje desbordante en el resultado. Aguantó Gremio y la reanudación devolvió un partido diferente,
Sin ritmo competitivo, con apenas un par de encuentros disputados en el poco relevante campeonato estadual de Río Grande do Sul, Gremio sacó a relucir muchos de los méritos que lo llevaron a levantar la Libertadores el año pasado. Muy bien conducido por Maicon, con la displiscente elegancia de Luan para comandar los ataques y las peligrosas incursiones de Everton y Alisson, el campeón de América fue arrinconando al Rojo en su área.
Campaña y Amorebieta salvaron un par de remates con destino de red, Everton no llegó a empujar un centro con el arquero superado, y el público terminó celebrando como bueno un empate que al menos deja la serie abierta hasta el miércoles que viene, cuando vuelvan a verse las caras en el Arena de Porto Alegre.
Allí chocarán otra vez el estilo armonioso y pausado de Gremio contra el frenesí que intenta imponer Independiente. Quedan otros 90 minutos de alta intensidad en los que habrá que estar muy atentos a los detalles. Yo lo anticipó Bochini...

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