jueves, 15 de febrero de 2018

La dura realidad del Atlético / Ladislao J. Moñino

 Simeone, durante la rueda de prensa previa al partido en Copenhague.  FOTO: EFE / VÍDEO: ATLAS


Hay quien dice en el Atlético que salir de Madrid para alejarse de la pompa y la parafernalia que rodeaba al Real Madrid-París Saint Germain podía ser un alivio que ayudara a terminar de digerir que el equipo se ha salido de la primera línea del escaparate europeo. Entrada la gélida noche de Copenhague, los jugadores de Diego Pablo Simeone se ejercitaban sobre el césped del Parken Stadion con los rostros cubiertos por bragas. “Esta es la realidad que tenemos por delante, este partido. No vivimos de las ilusiones”, aseveró Simeone. “La situación es la que nos tocó, cuando el Chelsea le ganó al Qarabag, se veía venir, más allá de la ilusión que tuvimos hasta el final, fue todo muy natural. No fue una buena Champions . Después de dos finales, una semifinal y unos cuartos nos tocó ver la mala cara de esa competición. Esperemos que nos sirva para aprender y afrontarla mejor la temporada que viene”, advierte Simeone,
Fuera del foco de la Champions, por no ser capaz de superar en dos partidos al Qarabag, el Atlético se ha visto abocado al segundo vagón del fútbol europeo. Peleará por un título que no le llenará tanto ni al club ni a la hinchada como los alcanzados en 2010 en Hamburgo, bajo la dirección de Quique Flores, y en 2012 en Bucarest, ya con Simeone al frente. Para este equipo que se bañó de gloria alcanzado dos finales de la Copa de Europa, esta competición se antoja que se le ha quedado pequeña. Un toreo que económicamente deja poco, algo más de 10 millones de euros, y que obliga al desgaste de jugar jueves-domingo. Solo ganarla es válido para un club que ha caído en esta competición desde lo más alto.
El crecimiento del equipo en los últimos años inspiró la estruendosa frase de Gabi cuando él y el vestuario empezaron a ser conscientes de que los dos batacazos con el Qarabag les relegaba a la Liga Europa. “Ahora mismo es una mierda”, espetó entonces el capitán rojiblanco. El contexto, comparado con aquella primer título alcanzado en Hamburgo en 2010, generó esa andanada contra la competición que volvió a situar en el mapa europeo a la entidad. “Todo el mundo nos agradecía que ganáramos aquel título. Habían pasado muchos años desde el doblete del 96, incluido un descenso a Segunda División”, rememora Álvaro Domínguez, ahora retirado prematuramente por sus problemas en la espalda. Domínguez analiza aquel título bajo la perspectiva de la tranquilidad que le dio al club en todos sus estamentos: “Había un ambiente negativo, el descenso aún se recordaba, había temporadas mañas, fracasos de fichajes. Enseguida había pitos en el Calderón, íbamos mal en la Liga, pero la afición se enganchó al equipo en esos partidos europeos. Para el club fue un bálsamo, relajó el ambiente y la afición empezó a creer en el equipo. Había que activarla, pero con algo, y se lo dimos con esa Liga Europa”. Domínguez apunta un matiz sobre la forma en la que afrontó el equipo la competición. “No empezamos con la idea de ganarla, pensamos en disfrutarla. A medida que fuimos pasando eliminatorias nos fuimos concienciando. Es una competición que gana interés en la medida en la que vas pasando rondas. Es normal que para los aficionados ahora pueda saber a poco, pero si pasan hay grandes equipos como el Arsenal o el Dortmund”.
Desde los despachos del también club apelan a la necesidad de defender el prestigio, de salvaguardar en Europa la marca Atlético, muy revalorizada por los recientes éxitos y el cartel de equipo competidor que se ha labrado. La venta en su totalidad de las 38.000 localidades de que dispone el Parken Stadion de Copenhague es la prueba de esa expansión y de ese territorio conquistado en el escaparate del fútbol europeo. Sin Diego Costa, que se quedó en Madrid, por unos problemas musculares, pero con Godín, el técnico argentino espera un partido pasional. “Yo jugué aquí con el Lazio, y hay mucha pasión. Es un equipo fuerte, juega muy vertical, intentando aprovechar las bandas para poder que aflore su fuerte el juego aéreo”, concluye Simeone. en su fuerte el juego aéreo.

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