Víctor José López
Cuando murió Juan Vicente Gómez, creían que había muerto el beisbol. Todo estaba revuelto y la gente de la pelota había bajado la santamaría luego de una de las mejores series de la historia, aquella disputada por los campeones de Maracaibo, el Gavilanes, y Royal en Caracas.
Los maracuchos llegaron al Estadio San Agustín con la boca seca de venganza. “Venimos a vengarnos” le repetía José Villasmil, dueño de la novena zuliana, al periodista caraqueño AVJ (Juan Antillano Valarino). Aquel Gavilanes de Villasmil Gómez trajo toda una constelación que recordaban de memoria los “viejos” aficionados por el mote de cada uno de los peloteros.
Los seudónimos en el beisbol han sido siempre distintivos a los peloteros. Como Ernesto Aparicio“El Comandante”, Luis Aparicio“La Estrella”, Felipe Baptista “Sulfúrico”, Orlando Cepeda“Peruchín”, Agustín Daviú“Tingo”, José Antonio Fuenmayor “Fausto”, Balbino Fuenmayor“El Trabuco”, Jesús Hernández “El Pesao”,Manuel Martínez“La Morfina” y Adolfo Ugueto“Marquesito”.
Alejandro Charrasqueo seguía en la lomita del Royal caraqueño, tal y como lo estuvo en 1933 cuando “el patas largas” le propinó cuatro derrotas al hilo a las aves rapiñas del Zulia.
Aquella histórica Serie se inauguró el 10 de noviembre de 1935 con una blanqueada por parte de Alejandro Carrasquel, quien dejó en dos hits a los maracuchos. Con la misma cuchara El Patón le repitió el caldo a Gavilanes, combinándose con Vidal López“El Muchachote” para vencer a Gavilanes 3 a 1.
La segunda confrontación favoreció a los rapaces 2 por 1, con “El Pesao” Hernández inspirado en la lomita el 24 de noviembre; pero a Carrasquel le gustaba mucho el caldo de gavilán y volvió a dominarlos en el cuarto juego de la serie, 4 por 3, para poner la 4 triunfos de Royal y una victoria para Gavilanes.
Relatan Javier González, Carlos Alarico Gómez y Carlos Figueroa Ruizen el estupendo libro El Patón, que “todo parecía indicar que los caraqueños rasparían la olla mucho antes de lo pensado, pero no fue así. En los siguientes dos encuentros, los dirigidos por Pelayo (Chacón) reaccionaron para empatar la serie a tres triunfos por lado. El 3 de diciembre apalearon a Plácido Delgado y Vidal López para cargar con el lauro8 por 1; y el 15 del mismo mes derrotaron por fin al “Patón” 1 por 0, con sensacional pitcheo de Pesao” Hernández, quien maniató a los royones por completo. Apenas tres inatrapables permitió el serpentinero marabino.”
Así llegamos al 15 de diciembre y la ciudad se llenaba de bolas y de rumores, porque corría de boca en boca como un pesado rumor el estado de salud del presidente de la República, General Juan Vicente Gómez quien gobernaba la nación desde 1908, hacía ya 27 años, con mano de hierro y ninguna garantía ciudadana.
El juego decisivo de la serie Gavilanes – Royal sería al domingo siguiente del 15 de diciembre de 1935, y en medio del entusiasmo que semejante acontecimiento provocaba dada la rivalidad entre caraqueños y zulianos en horas tempranas del 18 de diciembre peloteros, periodistas y aficionados estaban reunidos en el lobby del Hotel Windsor de Caracas, cuando fueron sorprendidos con un Jesús Coraoexaltado que gritó, como respuesta a la pregunta de si el domingo sería la final de la serie de pelota, con un “¡Qué domingo ni qué domingo! … ¡Aquí no hay más beisbol! … ¡Se murió Gómez!”
Gonzalo Gómez se fue de Venezuela el 19 de diciembre, lo hizo junto a su madre doña Dionsiáa Bello; pero dejó la orden que en las oficinas de la administración de la Lotería de Caracas le abonaran a los peloteros la última mensualidad, y las utilidades de la serie de Beisbol entre Gavilanes y Royal. Esto último no sucedió, de acuerdo a la denuncia del “Pollo” Malpica en su libro “Historias del Beisbol” preguntándose “¿Quién sabe dónde fueron a parar esos reales?”
¿Se había acabado el beisbol? Según el profesor Eleazar Díaz Rangel “el beisbol en Venezuela nació en 1941”, lo que protesta la periodista Thamara Nieves, hija de “La escoba criolla” César Nieves, protesta que apoyan los autores del magnífico libro “El Patón”, Alarico Gómez, Javier González y Carlos Figueroa Ruiz.
¿Había sido la pelota antes de 1941 un “sport” alejado de la identidad del venezolano? Thamara en su libro “Lo que los cronistas deportivos nunca contaron”, pelando la cebolla de la vida del beisbol en Venezuela, como diría Günther Grass, desempolva hemerotecas, propias y extrañas, descubre lo no contado, y recurre al testimonio foráneo para confirmar lo sospechado aunque jamás revelado de aquella época que ella, la autora Nieves, considera se jugó y vivió una pelota de mucha vitalidad nacional como para ignorar su existencia.
Algo similar sucede con Javier González, que reclama para la pelota criolla su capacidad policlacista, al extremo en su igualitarismo al darle al país identidad beisbolera. La misma que al llegar 1941 tiene la capacidad de exaltar hasta el rango de heroico lo hecho por hombres del común, sin charreteras y con mucha identidad. Los “héroes sin charreteras”, subraya el joven historiador, que hoy invaden tierras extrañas con guantes, bates y pelotas llevando la mejor imagen de Venezuela.
Con aquella serie inconclusa entre Gavilanes y el Royal, no se cumplió el pronóstico de Jesús Corao, por que con la muerte del dictador no murió el beisbol.
Todo lo contrario, en medio de una terrible crisis creció la pelota en tierras de Barquisimeto, Valencia, Maracaibo y Caracas y a pesar de la situación económica vinieron grandes peloteros de República Dominicana, Cuba y Puerto Rico.
Magallanes, que había desaparecido de la pelota en 1933 reapareció en 1936 para enfrentar al Royal Criollos. Los magallaneros iniciarían ese día, con un stand de San Agustín vacío, comiéndose nueve arepas propinadas por Vidal López y diez imparables conectados por “Marquesito” Ugueto, “Sulfúrico” Batista” y “El Pollo” Malpica. AVJ, reclamó un no hit no run pero el anotador oficial convirtió un error que cometió César Nieves, en un tiro desde segunda a la inicial, en un hit. Magallanes se recuperó, venció al Royal en los dos partidos siguientes y ganó la Copa de la Serie. Había nacido una gran rivalidad que heredaría el Cervecería de Caracas y en tercera cuarta generación Leones del Caracas. Entre Royal y Cervecería estuvo el Cervecería Princesa
Entre 1935, año de la muerte de Gómez, y 1941, cuando se dice nació el beisbol en Venezuela, hay seis años de mucha pelota, con grandes peloteros que llevaron el nombre de Venezuela a México, Puerto Rico, Cuba, República Dominicana y hasta los Estados Unidos como lo hiciera Alejandro Carrasquel “El Patón” en 1938.
Pero mejor recurramos a la anécdota, al discurso deAndrés Eloy Blanco, quien recibió a los Campeones Mundiales de 1941 en el Estadio Nacional, hoy “Brígido Iriarte” de El Paraíso, con un discurso improvisado, como le confesara a Miguel Otero Silva“con gran emoción de venezolano y de beisbolero”. Andrés Eloy jugó pelota, y lo hizo con el famoso club caraqueño “Los Samanes” en 1917, un equipo rival del Independencia con el que nació la primera gran rivalidad en el beisbol venezolano.
Aquel discurso, convertido en el “Romance del Campeonato”, comienza
Aquel discurso, convertido en el “Romance del Campeonato”, comienza
“Con matrimonio canónico”
en La habana se han casado
la bandera de Juan Bimba
y el pendón del campeonato.”
Que estupendo artículo Vito, como todos los tuyos, me encantó el título, me parece que lo hubiera hecho yo. Un gran abrazo.
ResponderEliminarAh, y disculpa, no te consulté, y lo publiqué en mi blog.
ResponderEliminarThamara, tu jerarquía como profesional y, sobretodo, tu generosidad como periodista te dan el derecho de publicar todo lo concerniente al producto de tu investigación dsobre aquella época convertida en fantasma..La época de la que no escribieron los cronistas.
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