martes, 24 de abril de 2018

EL BEISBOL DE MIS RECUERDOS Víctor José López (8) BOB FELLER NACIÓ EN EL TERRENO DE LOS SUEÑOS





¿Recuerdan ustedes la película “Field of Dreams” protagonizada por Kevin Costner? Igualito fue la infancia de Bob Feller. Su padre limpió un maizal en el terreno de su finca en Iowa, y lo arregló como campo de entrenamiento para su hijo. 

Tenía un poco más de una hectárea, recordaba Feller en sus muchas biografías; y allí se jugaba pelota. Bob Feller se reunía con otros muchachos y aprendió todo lo que necesitaba para llegar a las grandes ligas y asombrar a los más experimentados scouts que exploraban aquellos predios donde muchos muchachos jugaban pelota.   


Bob Feller de niño, según contaba su padre, fortaleció su brazo ordeñando vacas en aquella finca, una finca que hoy aparece en el National Register de los Estados Unidos, como un sitio histórico donde nació un hombre ejemplar, un gran pelotero y un ciudadano que estuvo dispuesto a dar la vida por la nación que le diera cuna al nacer. Bob Feller fue un héroe nacional y un ícono deportivo.

Feller fue firmado por el scout de Indios de Cleveland, Cy Slapnicka, por ¡Un dólar y un autógrafo!.  

Debutó en 1936 a los 17 años, sin haber jugado un inning en ligas menores, contra Saint Louis Browns. Aquellos famosos “carmelitas”: En su estreno, ante una novena integrada por peloteros de las grandes ligas, aquel muchachito con apenas 17 años ponchó a 15 bateadores. 

Después del partido regresó a Van Meter, Iowa donde aquel verano tenía que concluir sus estudios del bachillerato. 

Aquellos años 30

Aquel año de 1936 cuando Bob Feller llegó al beisbol de las grandes ligas, un joven de San Francisco, California, también lo hizo un muchacho con 17 años de edad y de origen italiano. Su nombre era Joe DiMaggio, que un par de años antes había hecho su estreno en un juego de exhibición como short stop. DiMaggio cometió 11 errores en aquella exhibición. Todos, tiros desviados a la inicial. Lo que no fue motivo para que su primer equipo en la pelota organizada, San Francisco Seals le rechazara. Más bien fue transferido a los jardines, colocaron DiMaggio como jardinero central y en la temporada regular conectó imparables en 61 partidos consecutivos en su primera temporada. Para su segundo año como profesional con Seals tuvo un promedio al bate de .398. 

En las grandes ligas ya vistiendo la camiseta de Yankees de Nueva York, DiMaggio conectó 29 jonrones, empujó 121 carreras, bateó para .323 y conectó 15 triples. “El yankee clipper”, como lo llamaban los periodistas, condujo a Yankees a los títulos de las series mundiales de 1936 y 1937, contra los Gigantes un equipo tenía a Carl Hubbel en el montículo. Nueva York con Cachorros de Chicago en 1938 y en 1939 dio cuenta de Rojos de Cincinnati 

más al norte, en el Estado de Nueva York, en Cooperstown un oficinista que había sido ayudante de Edward Clark convertía en realidad un sueño. Alexander Cleveland era un fanático de la pelota que coleccionaba los más diversos items. Uno de los que guardaba con gran celo era una pelota, que decían había sido manufacturada por el propio Coronel Abner Doubleday, a quien Albert Spalding le inventó la leyenda de haber siso el creador del juego de beisbol en 1839. Una leyenda que creció más allá de 1869 y que tuvo el propósito de alimentar el espíritu nacionalista entre los ciudadanos de un país fracturado por una terrible Guerra Civil. 

Eduard Clarke heredó una fortuna como heredero de la Singer Sewing Machines, una fábrica de máquinas de coser que nuestras tatarabuelitas hicieron famosa en Venezuela, como ocurrió en otras partes del mundo. Clarke invirtió parte de su fortuna en organizar en Cooperstown un Museo de Arte, y le permitió a Alexander Cleveland ocupar un rincón de la casa destinada a la exposición. 

Para 1936 Ford Frick era presidente de la Liga Nacional, y como para 1939 se organizarían los actos del Primer centenario del Beisbol, según la leyenda de Albert Spalding que señalaba a Cooperstown cuna de la pelota, acordó la creación de un edificio para la construcción del Salón de la Fama del Beisbol. 

El primer seleccionado fue Ty Cobb, luego siguieron Babe Ruth, Honus Wagner, Walter Johnson y Christy Mathewson. 

En 1939, cuando el beisbol conmemoraba el Primer Centenario una nueva generación de peloteros era encabezada por Joe DiMaggio, Ted Williams y Bob Feller. DiMaggio tuvo el mejor año en su brillante carrera. Bateó para .381 y conquistó con Nueva York su cuarta serie Mundial consecutiva. Williams debutó con Medias Rojas con unos números jamás logrados por otro Rookie: un promedio de .327, 31 jonrones y 145 carreras empujadas. Feller con 20 años de edad ganó 24 desafíos y logró abanicar a 246 rivales. 

Aquella Guerra

La II Guerra Mundial involucró a grandes peloteros en el conflicto bélico. Al día siguiente del ataque a Pearl Harbour, Feller se enlistó en la Armada de los EUA, a pesar que por se hijo único y sostén de una viuda, su madre, habría podido reclamar excepción. 

Feller no sólo participó sino que se enlistó para servicio de combate siendo el primer pelotero de grandes ligas en hacerlo. Como Capitán de Cañoneros en el USS Alabama, perdió cuatro temporadas del beisbol durante su servicio naval en la II Guerra. Fue condecorado y es el único oficial con rango de Héroe Militar en el Salón de la Fama. 

DiMaggio y Williams también vistieron uniformes, y Luke Appling les acompañó. Cuando la esposa de Appling se enteró que iba a la guerra, comentó: “Esto va a durar poco, porque todo lo que Luke a hecho fuera del beisbol dura poco tiempo”. 

Cuando Feller habló de su época en el ejército, nunca mostró arrepentimiento. "Cualquier otra cosa que hubiese hecho, habría sido egoísta de mi parte". 

Bob Feller estuvo 18 años como pelotero activo con Indios de Cleveland, excluyendo los 4 años en el servicio con la Armada de los Estados Unidos. Integró la rotación de los Indios que recuerdan como "The Big Four" en 1950, con Bob Lemon, Early Wynn y Mike García. Terminó su carrera con 266 victorias y 2.581 ponches liderando la Liga Americana en siete oportunidades. A su bola rápida la llamaban la “Van Meter Heater”. Lanzó tres juegos sin hits y carreras y comparte el record de 12 partidos permitiendo apenas un imparable. Fue el primer en ganar 20 o más juegos con 21 años y elegido al Salón de la Fama en 1962 en el primer año de elegibilidad. Bob Feller, murió la semana pasada a los 92 años de edad, destacó. Lo llamaron "Rapid Robert'' cuando crecía como pelotero en Iowa y que lo erigió en uno de los más grandes lanzadores en la historia de las mayores, Feller abandonó el beisbol en la cúspide de su carrera para pelear por su país. 
 

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