miércoles, 24 de octubre de 2018

NO FUE MESSI, FUE EL BARCELONA


Rafinha marca el primer gol del Barcelona al Inter de Milán. ALBERT GEAREUTERS
«La vida tiene sentido, y también la muerte». A Rafinha nunca le hizo falta leer a Truman Capote. Tampoco retorcer sus tobillos con el balón entre los pies ni driblar a cinco defensas. Conoce su cometido en el Barça. Con Messi o sin Messi. Debe ayudar a hacer mejor a sus compañeros. Facilitar el juego coral, tantas veces despreciado en un deporte que idolatra a los solistas, pero que acostumbra a despreciar al jornalero. Mazinho, el patriarca, mediocentro en el Brasil de Romario y Bebeto que ganó el Mundial de 1994, siempre estuvo dispuesto a cargar con el piano. Y Rafinha, exiliado en su día en Milán, de regreso a un Barcelona que nunca reparó demasiado en su presencia, fue un diez frente al Inter. Con Dembélé, Arturo Vidal y Malcom como simples reservistas. Da que pensar, con el Real Madrid a la vuelta de la esquina. [Narración y estadísticas: 1-0]
El Barcelona, notable en el primer tiempo, más exigido pero férreo en el segundo, vislumbró el camino a seguir cuando Messi ya no esté. Todo pasa por lo visto en la noche continental del Camp Nou. Por no perder de vista el balón. Por hacerlo circular hasta que el rival se harte de perseguirlo. Por no traicionar sus raíces y dar cuerda a futbolistas como Arthur, por mucho que en el segundo acto perdiera dos balones que pudieron costar caro de no haber sido por Ter Stegen o por la mala pata de Politano.
Pero Arthur guarda la idiosincrasia de La Masia en sus botas. Por esa escuela también pasó Rafinha. Justicia poética, suyo fue el remate a gol -previo taconazo de Luis Suárez- que abrió un triunfo que deja a los azulgrana a un paso de la clasificación.
Sin embargo, la noche ofreció una noticia que no debería pasarse por alto. Ousmane Dembélé es el segundo fichaje más caro de la historia del club. Es ese chico disoluto que el pasado fin de semana se quedó en Babia en el banco cuando debía estar cambiándose las botas y la camiseta para suplir al lesionado Messi. Valverde no sabía dónde mirar. Pues bien, el delantero francés no asomó esta vez. La vacante la ocupó el citado Rafinha, precisamente un ex 'nerazzurro'. Un 'todocampista' que si bien no cuenta con el talento de Dembélé, es plenamente consciente de algo que solemos olvidar. Un jugador no sólo debe ser bueno, sino parecerlo. Que tras la purpurina no se esconda el cartón piedra.

Disciplina

Disciplina táctica. Eso fue justo lo que buscó Valverde ante la ausencia de su pantocrátor. Y el Inter, pese a la insistencia de Icardi en rematar todo lo que caía en sus pies, pese al paso al frente tras el descanso, se sabía condenado.
Ni siquiera le quedó al Inter recurrir a la mística del pasado. La última vez que los 'nerazzurri' pisaron el Camp Nou, justo antes de ganar la Champions en el Bernabéu, hubo un tipo que corría como un loco por el césped. No era un jugador. Llevaba la americana puesta y señalaba con el dedo hacia arriba, sin importarle demasiado que estuviera empapándose de agua. Alguien abrió los aspersores y la lluvia, nada ácida, fue bendita para José Mourinho. Poco queda de aquel Inter, mucho mejor equipo cuando ataca que cuando defiende. Pero falto de referentes espirituales. Quien podía cumplir con esa función era el lesionado Nainggolan, curiosamente el tipo que en su día rompió la rodilla a Rafinha.
Los de Valverde se sentían superiores. Lenglet husmeó el gol. También Suárez. Coutinho disparó al palo. El Camp Nou increpó a Arturo Vidal, que jugó un cuarto de hora en sustitución de Arthur e intervino en el tanto en el ocaso de Alba. Y Messi, con el brazo en cabestrillo, disfrutó de lo lindo con su hijo. «No fue el muerto lo que me asustó», opuso en su día Lovecraft. No fue Leo. Fue el Barça.

1 comentario:

  1. Arthur Melo atiza a Messi y al Barcelona: "Cristiano es más accesible"

    Arthur Melo, mediocampista de Juventus con pasado en Barcelona, no esquivó la comparación entre su excompañero Lionel #Messi y su actual, #Cristiano Ronaldo, al que definió como "más accesible" que el argentino en el trato personal.

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