jueves, 15 de noviembre de 2018

UN URUGUAYO DIRIGIRÁ EL RIVER - BOCA EL DOMINGO ANDRÉS Por Daniel Avellaneda


ANDRÉS CUNHA DIRIGIRÁ EL CLÁSICO


Es el partido más importante de la historia de los Superclásicos, el que definirá al campeón de la Copa Libertadores, nada menos. Y dirigir este River-Boca será un fierro caliente. La Conmebol se decidió. Finalmente, y después de evaluar fuertemente la designación del un árbitro brasileño, terminó inclinándose por Andrés Cunha.
El uruguayo de 42 años le terminó ganando la pulseada a Wilton Sampaio, el brasileño que corría con el caballo del comisario. Y mucho tuvo que ver la designación con el buen desempeño que mostró en Gremio-River. Entonces, Cunha cobró un penal a través del VAR (Video de Asistencia al Referí) y dejó atrás el rechazo que había provocado hace un año, cuando estuvo al frente del VAR en Lanús-River, una semi que derivó en el escandaloso arbitraje del colombiano Wilmar Roldán.
Además, Cunha había dirigido a River en la fase de grupos (con Flamengo, 0 a 0, también en el Monumental) y dos veces a Boca, una en la zona clasificatoria (con Palmeiras, 1 a 1, en San Pablo) y otra en los cuartos de final (con Cruzeiro, 1 a 1, en Belo Horizonte).
El referí charrúa estará secundado por sus compatriotas Nicolás Tarán y Mauricio Espinosa. El cuarto árbitro será el peruano Víctor Hugo Carrillo. En el VAR estará Leodán González, quien acompañó a Cunha en la semifinal disputada en Porto Alegre y fue clave en la resolución del partido. Sus asistentes serán Esteban Ostojich y Martín Vázquez, también uruguayos. El paraguayo Carlos Torres será el asesor internacional.
Hay una historia detrás de esta designación. En la reunión que los dirigentes de River, Boca, Gremio y Palmeiras tuvieron en la Conmebol antes de las semis quedó todo pautado. Entre la firma del compromiso del Fair Play y la ronda de café quedó claro que los jueces serían brasileños si la final era argentina y viceversa si la definición del torneo tenía como protagonistas a gaúchos y paulistas.
Wilson Seneme, titular de la Comisión de Arbitros de la Conmebol, se frotó las manos cuándo quedó resuelto que la máxima competencia continental sería Boca-River. Y había pensando en Anderson Daronco para la ida y en Wilton Pereira Sampaio para la vuelta. El ex referí de 48 años, primo de Cristiano Ronaldo, quería a sus compatriotas en la Superfinal.
Pero la derrota de los brasileños, sumado a la conflictividad que generó el reclamo de Gremio, lo obligó a tomar una decisión políticamente correcta. River y Boca no querían árbitros de Brasil. Y cómo Cunha y Roldán habían sido los jueces de las semis, eligió a Roberto Tobar. La apuesta del chileno de 36 años salió redonda. Su tarea fue impecable. Aunque tuvo a favor la coyuntura. Diez futbolistas jugaron condicionados por la tarjeta amarilla: Cristian Pavón, Nahitan Nandez, Pablo Pérez, Lucas Olaza, Jonatan Maidana, Javier Pinola, Enzo Pérez, Pity Martínez, Lucas Pratto y Rafael Santos Borré. Sólo el colombiano fue amonestado y se perderá el encuentro del 24 de noviembre en el Monumental.

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