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domingo, 14 de febrero de 2021

Dolorosa derrota de Muguruza ante Osak

 
Naomi Osaka,  acaba imponiéndose por 4-6, 6-4 y 7-5.

Para abrir el domingo, en el silencio imponente de Melbourne, Garbiñe Muguruza se imagina en los cuartos de final del Abierto de Australia, pero patina en el momento más inesperado e insulta a Naomi Osaka, quien salva dos bolas de partido y acaba imponiéndose por 4-6, 6-4 y 7-5. La derrota es de las que duelen, sobre todo por tener tan cerca la gloria, pero Muguruza puede irse del primer Grand Slam de la temporada con la cabeza bien alta, si bien tardará en asimilar el golpe. La española, cuyo estreno de curso en las antípodas está siento estupendo, lo borda ante una jugadora de máximo nivel, aunque no es suficiente. Ya sabe que ahí está su tenis y falta aprender a ganar estos partidos, que son los que realmente definen una carrera.

Es, en cualquier caso, un inicio de temporada como para ilusionarse, qué menos. Muguruza, delatada por su expresión facial, por fin estable ahora que ha descubierto las virtudes de la madurez, se toma muy en serio la magnitud de la cita y completa un partido excelente, un partido casi sin fisuras salvo esa mancha final, que es de las que cuesta camuflar. Sabe quién está al otro lado de la pista y no se amilana ante el bombardeo de Osaka, una tenista durísima que le pega con una fiereza que da miedo, saques a casi 200 kilómetros por hora en el circuito WTA.

Va todo rapidísimo y en apenas media hora Muguruza se lleva la primera manga con una hoja de servicios impecable. Suma cinco ganadores por los 13 de la asiática, pero Osaka, y he ahí el riesgo de jugárselo todo a palos, dispara sus guarismos de errores no forzados con 14, mal negocio. A la hora de la verdad, la española gestiona mucho mejor los intercambios y da un paso al frente con ese 6-4.

Sin perder el hilo en ningún momento, Muguruza, con un globazo, hace break nada más empezar la segunda manga y desespera a Osaka, que no sabe por dónde escapar. Con un altísimo porcentaje de primeros saques, la española pone la directa, consolida ese break y ratifica las buenas sensaciones, aunque Osaka, que por algo es tan buena, se corrige pronto y devuelve la igualdad a la pelea a base de martillazos, una locura.

Pese al despertar de la japonesa, la campeona de dos grandes sigue a lo suyo y no se concede ni una sonrisa. El partido es una lucha constante desde el fondo de la pista y, aunque los intercambios no son demasiado largos, no hay tregua ni para respirar.

Sigue yendo todo a la velocidad de la luz, y más en esta superficie tan vertiginosa. Pero, superada la hora de batalla, Muguruza huele el peligro ya que Osaka se gana dos pelotas de set, aunque tiene que ser a la tercera, después de un resto imponente, cuando la nipona iguala el duelo y lo lleva a un epílogo angustioso. Por una cuestión de detalles prácticamente insignificantes, hay tercer set en la Rod Laver Arena.

Y empieza exactamente igual, mismo patrón y mismo desarrollo de los puntos. Osaka sigue al todo o nada y Muguruza replica con la misma medicina, aunque cada vez hay más fallos por parte de ambas y se palpa la tensión. La pupila de Conchita Martínez escapa en el cuarto juego y salva un break point con valentía, pero es consciente de que necesita más resto para completar la hazaña.

Es ahí cuando revierte la situación y en el juego posterior rompe a Osaka, quien comete en la red un fallo infantil. Hay luz verde para Muguruza, una ventaja casi definitiva para dar el salto a cuartos mientras su enemiga, consumida por la rabia de esa torpeza, la paga con la raqueta y la lanza al suelo con violencia. Una doble falta termina por sacarle del partido.

Pero, pero, pero... Estaban ya escritas las crónicas, victoriosa Muguruza en todos los relatos, cuando se produjo un giro inesperado. 5-3 al resto para la exnúmero uno, si es que alguna vez se pierde esa condición, y dos pelotas de partido. A favor de Osaka cabe decir que las ganó ella, y ese resurgir fue terrible para Muguruza, que ya no ganaría ni un solo juego más y finalizó con los brazos en jarra, incapaz de comprender cómo se le pudo escapar el triunfo.

Finalista en el mismo escenario en 2020 (perdió con Kenin en la lucha por el título), esta Muguruza tiene una pinta muy buena. Ahora es la 14 del mundo, pero su nivel es altísimo, aunque Osaka le niegue la mayor. Además, y eso es lo realmente importante, mantiene una concentración y una regularidad (palabra que siempre le ha perseguido) de la que históricamente ha carecido. Perder así duele mucho, pero duele menos. Por actitud no será.

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