Lágrimas y silencio en el adiós de Moreno
El técnico abandonó el Metropolitano con dolor y sin atender a los medios
Madrid Guardar
Eran las 23.33 cuando Robert Moreno, acompañado por Antonio Limones (organizador de los viajes de la selección), abandonaba el Wanda por la puerta de atrás, visiblemente afectado después de una goleada de la que no se hablará jamás. Servirá para que se recuerde como «la noche de», pues el 18 de noviembre de 2019 es otro día para el triste historial de la Federación de Luis Rubiales, que ha cogido gusto a los jaleos y ahora tiene uno entre manos que es para verlo. Hoy, a las 12.30 horas, el presidente comparecerá en Las Rozas junto a José Francisco Molina para explicar que Moreno no sigue como seleccionador, algo ya sabido a estas alturas, y que Luis Enrique regresará al cargo que tuvo que dejar en su momento por causa mayor.
Lo de ayer recordó bastante a lo de Krasnodar, salvo que puede que hubiera alguna pista más ahora para intuir la noticia. Ya antes del partido se caldeó la sala de prensa y los móviles echaban humo, aunque pocas respuestas se obtenían desde la Federación. Hubo más interacción con los medios ya con el encuentro en juego y se afanaban, desde la RFEF, en tratar de explicar el enredo. Era, de todas todas, difícil de descifrar.
Terminó el partido, apenas hubo abrazos y las cámaras buscaron a Moreno, quien se fue directo al vestuario porque ya sabía cuál era su destino. Analizando el tono de las respuestas que ofreció en su comparecencia del viernes en Cádiz (después del 7-0 a Malta) y en la del domingo (víspera de la cita de ayer), cualquiera se atrevería a decir que él no sabía nada, aunque varias fuentes apuntan a que ya le habían comunicado el cambio.
Anoche no se le pudo preguntar porque el catalán no quiso atender a los medios de comunicación. No atendió a la televisión con derechos, en este caso La1, y tampoco compareció en la sala de prensa, que estaba ya repleta e incluso con trabajadores del departamento de Comunicación preparados como de costumbre. Mientras, en la zona mixta se buscaba protagonistas, pero no habló absolutamente nadie. Es más, una empleada de la RFEF se encargó de impedir que los futbolistas desfilaran por delante de los periodistas, una imagen que resume perfectamente el bochorno. Es difícil gestionar peor una situación tan caótica como esa, la verdad, y los medios internacionales, que alguno había, se llevaban las manos a la cabeza.
Unzué como segundo
Por cómo se fue del estadio, no parece que Robert Moreno vaya a seguir en la Federación, al menos su actitud indica todo lo contrario. Entre los dimes y diretes, se dijo, ya pasada la medianoche, que Luis Enrique volvía con Juan Carlos Unzué como segundo, su escudero durante muchos años hasta que optó por volar en solitario.
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