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sábado, 16 de diciembre de 2017

PEGGI QUINTERO Una mirada al pasado del deporte




Diciembre es un mes muy complicado en los medios impresos, las guardias nocturnas, el beisbol, los resúmenes. El espacio disponible para las noticias se reduce hasta el 23 de diciembre cuando los comerciantes dejan de “publicar ofertas” y el espacio regresa a partir del 25 de diciembre para convertirse en “sábanas blancas” que hay que llenar con información. En el área deportiva se comienza a “cuadrar la caimanera” en días como hoy.
En los ´80 y ´90 se organizaba únicamente el día 24 de diciembre, sí un día complicadísimo para las familias, pero es el único día libre para todos, talleres, redacción, fotografía, ya que los periódicos no circulan el 25 de diciembre ni el primero de enero. Una “caimanera” para los que no lo saben es un juego de beisbol callejero, improvisado, no oficial, por lo general sin árbitros. Luego de esos años se popularizó la reunión y se “especializó”, haciéndose la caimanera de beisbol en el estadio de Vista Alegre (Caracas), la de futbol en el “Brígido” en El Paraíso. De allí se generalizó a todos los deportes y a todos los estados.
Esas caimaneras se “llenaban” de periodistas, profesores de educación física, entrenadores, jugadores y poco a poco se hicieron tan populares, que había público en las tribunas. Comenzábamos temprano, se arrancaba con el primer juego en cuanto hubiese un lanzador por bando. En varias ocasiones hice el trabajo de coach de primera o tercera, lo importante era divertirnos, entre risas, cuentos, cerveza y parrillita pasaban las horas y poco a poco cada uno iba abandonando la “caimana” dependiendo del cansancio, de la hora para reportarse a la casa, o la necesidad de ir a comprar el “Niño Jesús”, antes que cerraran las tiendas.
En la gráfica que acompaña este segmento estoy “caimaneando” uno de esos 24 de diciembre, días como esos son los que se extrañan, la compañía, la despreocupación de los problemas, sin celular, sin redes sociales que nos recuerdan a cada rato “cómo está el mundo”.

DARIO CELIS: sinónimo de beisbol menor
El 21 de junio de 2006 falleció Dario Célis, todo un personaje del siglo pasado que dejó una huella imborrable en la consolidación de las organizaciones de beisbol menor en Venezuela. Así como las caimaneras marcan el mes de diciembre, enero marcará el recuerdo de todos los que conocimos a Darío Celis, fundador de la escuela de beisbol “Los Celis” y que, cada “Día de Reyes”, celebraba con una gran fiesta en el estadio de beisbol menor Hermanos Monagas en Vista Alegre, Caracas, que el 6 de enero de 1957 había comenzado a darle forma a su gran pasión: el beisbol menor. Su sueño fue formar un equipo de beisbol, y lo hizo en terrenos por aquella época desocupados de Maripérez, inicialmente con sobrinos e hijos de amigos como jugadores. Inmediatamente se dio cuenta de la necesidad del entrenamiento, de la formación para tener un mejor resultado en el deporte y en la vida, y de lo importante que era comenzar desde pequeño para adaptarse de una mejor forma a la disciplina y exigencia que demandaba la actividad. Con el tiempo Darío también fue un gran difusor de las actividades del beisbol menor, con columnas semanales que publicaba en los diarios Meridiano y 2001 y que indudablemente llenaban de entusiasmo a los pequeños que soñaban con algún día jugar en grandes ligas.
El popular Darío llegaba a la redacción de Meridiano para entregar las cuartillas con su columna semanal. Hacía de todo, fundó un equipo de baloncesto, uno de softbol femenino, dirigió un conjunto de parrandas navideñas y destacó como periodista deportivo.
También se unió a Domingo Carrasquel, Luis “Mono” Zuloaga, Ángel César Tovar y José del Vecchio fundando Criollitos de Venezuela, cuna de peloteros que hoy en día reúne a más de 100.000 deportistas en todo el país.
Conversaba sobre sus años de jugador amateur de Cervecería Caracas en el viejo estadio de San Agustín. Cuando fue manager del equipo de beisbol juvenil del Royals Criollos y dirigió a tres peloteros que luego fueron estrellas en Venezuela: Elio Chacón, Teodoro Obregón y Gustavo Gil. Cuando fundó Los Celis dieron sus primeros pasos en el Velódromo Teo Capriles de La Vega y luego se mudaron a los campos de La Araña, que estuvieron ubicados en lo que hoy es el distribuidor de la autopista Francisco Fajardo. Yo lo conocí cuando la divisa hacía vida en el parque Hermanos Monagas de Colinas de Vista Alegre.
Entre sus filas han pasado diversos jugadores que firmaron al beisbol profesional, como Vicente Luciani (Orientales), Luis Alberto Córdoba (Leones del Caracas), Cristóbal Colón (Águilas del Zulia y Tiburones de La Guaira), Alejandro Álvarez (La Guaira), Julio Salón (Navegantes del Magallanes) y Jonathan Herrera (Caribes de Oriente). Pero el máximo orgullo de Los Celis era el haber albergado en sus inicios a Isaías ‘Látigo’ Chávez, un destacado lanzador fallecido trágicamente en 1969 que llegó a las grandes ligas. En la LVBP participó con Orientales y Magallanes. Organizaba un “compartir” en diciembre en la redacción de Meridiano. Llegaba con algunas chucherías para sus amigos periodistas en la redacción. Cuando lo recuerdo lo escucho cantándome la canción “Betty, Mary, Peggy, Judy…rubias de New York”. Ese era su saludo y lo único que se de la canción. Y el 6 de enero era fijo ir a la celebración del aniversario de su sueño cumplido, el que le permitió cumplirles los sueños a muchos niños que quisieron ser peloteros. En la gráfica, Dario Célis es el señor de gorra primero a la izquierda.

VUELTA AL TACHIRA: un millón de recuerdos
El mes de diciembre comienza a gestarse el primer gran evento del ciclismo nacional. Hace unos días anunciaron el recorrido de la edición 53º de la Vuelta al Táchira en Bicicleta 2018 a través de sus organizadores la asociación Tachirense de Ciclismo (ATC). Hace años era el inicio de la “temporada de viajes” para los periodistas deportivos. Preparar el primer viaje del año a cubrir el evento esperado. Este 2018 la Vuelta tendrá diez etapas distribuidas entre los estados Mérida, Barinas y Táchira del 12 al 21 de enero próximo.
Es un evento que forma parte del calendario de la Unión Ciclista Internacional (UCI) en donde se entremezclan las etapas de montaña y planas. Luego de este anuncio, viene la inscripción de los equipos. Hace algunos años los equipos europeos venían a “calentar” las piernas de sus pedalistas, mientras se disipaba el invierno en sus países de origen.
Es importante saber que el recorrido presenta 55 premios intermedios de los cuales 40 son sprint (20 bonificables y 20 de puntuación) más 15 premios de montaña (8 de tercera 5 de segunda y 2 de primera categoría), distribuidos entre el recorrido general que será de 1445.2 kilómetros.
Les adjunto una gráfica tomada en un sector llamado Siberia, en la represa Uribante-Caparo, una de las etapas más rudas de la Vuelta al Táchira. En 1986 debute cubriendo una vuelta al Táchira, unos años después recibimos a la colega Izvet Rebolledo, trágicamente fallecida hace unos años, periodista del diario “El Siglo”, en lo que sería su primera vuelta. Oswaldo Cabrera nos tomó la gráfica antes del inicio de la etapa. De izquierda a derecha: Calzadilla, chofer de Meridiano, Raúl Medina Sella, periodista de El Carabobeño, Izvet, Ángel Ochoa fotógrafo de El Carabobeño, quien escribe, y el fotógrafo de El Siglo, Carlos Maya, tiempos geniales, sin tecnología pero con mucha pasión y entrega.
Nos encontramos en este sitio la próxima semana… @peggipress

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