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jueves, 10 de mayo de 2018

EL BEISBOL DE MIS RECUERDOS (13) La rivalidad Yankees – Red Sox VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ


Víctor José López
EL VITO


LA RIVALIDAD Yankees   Medias Rojas tiene un fundamento muy sólido que creció sólido a principios del pasado siglo XX. Son varios los protagonistas y múltiples las razones que nos llegan a este siglo XXI convertidos en pasión por el juego de béisbol. Algunos involucran directamente a Babe Ruth en este  conflicto de pasiones, lo que no es del todo cierto. Aunque, por qué negarlo, algo de razón tienen en lo referente a la confrontación entre bostonianos y neoyorquinos.
Todo comenzó en el tranquilo amanecer del siglo pasado, con un Medias Rojas de Boston convertido en orgullo de la ciudad, por su imbatibilidad, que había sido Campeón de la serie Mundial de 1903 – con el nombre de Pilgrims (Peregrinos) -.  que venció en la primera Serie Mundial de la historia a Piratas de Pittsburgh, y  que luego coronó en la inauguración del Fenway Park, en 1912. Tres años más arde, 1915, pulverizó a Filadelfia (4 x 1) dándose el lujo de dejar a Babe Ruth en el banco cuatro juegos y sacarlo a que cogiera sol un solo juego y en un turno al bate como emergente.

 NEWTON BAKER : ¡A LA GUERRA O A TRABAJAR!

 Boston dio cuenta rápida (4 -1) de Brooklyn en 1916,  y luego en medio de muy serios conflictos logró el pennat en 1918 cuando en Europa se libraba la Gran Guerra,  y en los despachos de las grandes ligas una huelga de peloteros suspendía el inicio de la Serie Mundial. Newton Baker, Secretario de Guerra de los Estados Unidos, ordenó a los ciudadanos “¡A la guerra o al trabajo!”, mientras el béisbol era considerado  "necesario en un momento difícil para la nación”.
 Los peloteros, liderados por dos jardineros, Harry Cooper, leftfield de Boston, y Leslie Mann, rightfield de Chicago,  exigían más dinero por participar en la Serie Mundial. El torneo entre los campeones de la Nacional, Cachorros de Chicago, y Medias Rojas de Boston, había sido adelantado por razones de la guerra europea que reclamaba los mejores hombres de la Unión Americana en los campos de batalla, y ellos estaban en los campos del béisbol. 



Aquella serie del 18 fue ganada por Boston 4 x 2.
Ese era el equipo al que la ciudad de Boston sentía tanto como orgullosa estaba de su tradición  histórica, sus universidades como Harvard y el Tecnológico de Massachusetts y el ser la cuna del conflicto independentista, la Revolución de los Estados Unidos.
Pues bien, en 1917 se atraviesa en la historia de Medias Rojas de Boston un señor de nombre Harry Frazee, empresario de teatro y productor de obras musicales en Broadway.
Harry Frazee compró en 1917 a Medias Rojas por 400 mil dólares, un equipo lleno de salud profesional con los mejores peloteros de las grandes ligas. Esa reunión de estelares jugadores fue para Frazee una especie de cuenta bancaria, pues los vendía para costear sus obras de teatro en Broadway. Yankees de Nueva York  fue el equipo que más se benefició en los traspasos y negocios de Frazee, lo que no fue bien visto por los aficionados de Boston y denunciado muchas veces por la prensa de Massachusetts.
La situación no mejoró con dos cambios que fueron fundamentales: el pitcher Carl Mays, uno de los grandes lanzadores entre 1916 y 1926, a quien se le recuerda  por que uno de sus lanzamientos mató el 16 de agosto de 1920 a Ray Chapman, al golpearlo en la cabeza provocándole fractura de cráneo. Chapman fue la segunda víctima fatal en las grandes ligas. Carl Mays, además del gran talento en el montículo era muy indisciplinado, rebelde, y en medio de una rabieta, un día de 1919, abandonó la ciudad de Boston y a Medias Rojas, lo que aprovechó Harry Frazee para negociarlo con Yankees de Nueva York. Esta acción comercial encolerizó a Ban Johnson, presidente de la Liga Americana, quien vetó la transacción señalando que Mays en vez de ser negociado debería de ser suspendido. El pleito llegó a la corte, y Yankees fue favorecido. Más leña para el fuego.
El otro personaje al que nos referimos fue George Herman Ruth, un muy joven pitcher zurdo quien, curiosamente, tenía un devastador poder al bate. Ruth había sido adquirido por Boston de la organización Orioles de Baltimore, un equipo de ligas menores, donde había ido a parar aquel huérfano del Saint Mary´s School, y fue vendido a Nueva York el 26 de diciembre de 1919 por 125 mil dólares y un préstamo de 300 mil dólares a Frazee para cubrir los gastos de la puesta en escena de la obra “No, No, Nannett”, donde trabajaba una bella artista que llevaba por la calle de la amargura al señor Frazee. La obra de teatro dio espléndidas ganancias, pero los fanáticos de Boston se enojaron con el dueño de Medias Rojas y cuenta la leyenda que Babe Ruth, cuando abandonaba la ciudad, maldijo al Fenway Park.
Estos elementos, agregados a la olla donde ya existían condimentos que enturbiaban el caldo, como las diferencias religiosas, políticas y circunstanciales, le dieron al caldo de la confrontación deportiva un sabor de apasionada competencia sólo comparable con la que viven los grandes clubes del fútbol en Europa o Sur América. Nos referimos al United y al City en Manchester, Inglaterra, el Inter y el AC Milan en Italia, el Real Madrid y el Barcelona en España, Boca y River en Buenos Aires, o Flamingo y Fluminense en Rio de Janeiro … En fin, un Caracas Magallanes, pero en las grandes ligas.

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