Elie es el primero de los agachados, de izquierda a derecha |
Rafael Lastra Veracierto
Desde que se retiró en 1990 vive en Ciudad Guayana, pero nunca olvida los vientos alisios que disfrutaba en el balcón del apartamento familiar en el Bloque Uno de la urbanización 10 de Marzo, en Maiquetía, justo frente a la cancha del Polideportivo “José María Vargas”.
Está claro que Robert José Elie Arlet, hermano más chico del mejor defensor de todos los tiempos de Venezuela, Frederick Elie, tiene afincado su sentido de pertenencia.
“En esa cancha se iniciaron mis sueños de fútbol que se extendieron a El Pavero de Macuto, la Aviación y la Policía Naval en Maiquetía, así como la cancha del Canes (Centro de Adiestramiento Naval de la Armada) en Catia La Mar, casi todas de tierra, pero iba con la inspiración de mi hermano Freddy y la orientación del húngaro Américo Wichosky; ese señor fue un padre, un gran ejemplo”, afirmó desde el hilo telefónico en Puerto Ordaz, donde se desempeña como entrenador deportivo de la estatal Bauxilum.
En medio de sus estudios de bachillerato en el Liceo José María España en Macuto y el Colegio San Vicente de Paúl en Maiquetía, debutó en la primera categoría de aficionado con el Benfica, al que calificó como “el equipo de mis amores”. Luego participó en el afamado Central Madeirense en el Torneo Ibérico.
En 1977, formó parte de la selección del Distrito Federal que se proclamó campeón nacional, tras vencer 5-0 a Bolívar. De ese grupo, llegaron al fútbol profesional Bernardo Añor, José “Pepe” Marañón, “Cerito” Useche y Javier Pérez, entre otros.
La cúspide merideña
El perfil ofensivo como mediocampista le facilitó a “Bobbie” el acceso al Deportivo Italia en 1979. Tres años después estuvo en la plantilla de Mineros de Guayana, que bajo el mando de Luis Mendoza, ascendió a la categoría de oro del balompié rentado.
En 1983, tras una breve pasantía por el Deportivo Portugués, arribó a la Universidad de Los Andes (ULA), dirigida por el paisano Iván “Tiburón” García, para disfrutar de su primera estrella. “Ese grupo entendió la filosofía del profe y pudimos darle una gran alegría a una fanaticada que conoce de fútbol, la de Mérida”, puntualizó a sus 60 años de edad.
El adiestrador guaireño no continuó en el banquillo de la ULA y fue sustituido por el uruguayo Alfredo López, quien encontró sinergia con Asdrúbal “Memín” Sánchez, Emilio Campos, René Torres, Rodolfo Carvajal, el brasilero Itamar de Acevedo y por supuesto, los de Vargas, César “Guacharaca” Baena y “Bobbie” Elie, a fin de coronar una notable actuación en Copa Libertadores de América en 1984.
ULA Mérida quedó en el 6° lugar de esa Libertadores |
En esa edición, ULA Mérida no solo enfrentó a los clubes peruanos Sporting Cristal y Melgar, y al Portuguesa FC, sino también al presidente de la Confederación Suramericana de Fútbol (CSF), Teófilo Salinas.
De origen peruano y con no pocos cuestionamientos al frente de la CSF, utilizó su poder para obligar a ULA a disputar un partido de desempate con Cristal, luego del reclamo de este equipo por alineación indebida en el último compromiso con su coterráneo Melgar de Arequipa.
Ese 11 de mayo de 1984 estaba de cumpleaños “Bobbie”. ULA fue al estadio Pascual Guerrero de Cali “con el orgullo herido y para acabar con esa injusticia”. El cometido se cumplió con dos goles de Itamar.
“Fue un día grandioso, memorable, siempre estuvimos concentrados; los atacamos bastante, tanto que el central de Sporting Cristal, de apellido Díaz (se refiere a Rubén Toribio, mundialista con la selección de Perú en 1982 y quien había enfrentado a su hermano Freddy a inicios de los 70) nos felicitó”, recordó.
Aquella gesta se valorizó aún más por la presencia de otros referentes incas como el defensor Héctor Chumpitaz, el mediocampista Luis Reyna y el atacante Jorge Hirano.
“Ellos se confiaron porque nos habían ganado en Mérida (0-1) y en Mansiche (2-0); lástima que en la ronda final, porque se jugaba la Libertadores en otro formato, tuvimos que irnos al Olímpico de la UCV y nos tocaron dos grandes de Brasil: Flamengo y Gremio”, agregó Elie.
Admitió que fue una gran exigencia rivalizar con el Flamengo de Andrade, Tita, Mozer, Bebeto y Fillol, y el Gremio de Renato Gaucho y Caio.
Aún así, consideró un premio que ULA se convirtiera en ese entonces en el tercer equipo venezolano en culminar en el sexto peldaño de América. Los otros dos habían sido el Atlético San Cristóbal en 1983 y el Portuguesa FC en 1977.
En 1985 se incorporó al Nacional de Carabobo, que tenía a varios jugadores de la Vinotinto de entonces: Nelson Carrero, Bernardo Añor, César Baena y Carlos “Cachorro” Betancourt, entre otros.
Entre 1986 y 1989, militó en el Caracas FC que siempre merodeó el título. Un año más tarde, se enroló con el Atlético Zamora. “En Barinas no toleré los maltratos de un directivo, lo puse en su sitio y aunque luego me mandó a buscar Richard Páez, que dirigía al Táchira, decidí retirarme y atender el ofrecimiento en Puerto Ordaz”, relató.
Un misil y listo
Así como evocara su satisfacción a nivel de clubes, Robert Elie analizó su actuación con la Vinotinto en el torneo Preolímpico de Colombia en 1979, los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980; cuando conquistó la medalla de bronce en los Juegos Bolivarianos de Barquisimeto en 1981 y la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de La Habana en 1982.
También intervino en los Juegos Panamericanos de Caracas en 1983, la Copa América del mismo año y las eliminatorias al Mundial en 1985.
También intervino en los Juegos Panamericanos de Caracas en 1983, la Copa América del mismo año y las eliminatorias al Mundial en 1985.
Sobre el magno evento en la URSS, reiteró “el descarado gol” en posición ilícita de los cubanos que le imposibilitó a Venezuela avanzar hacia la ronda decisiva. Le quedó el consuelo de haber marcado el 2-1, de tiro penal, ante Zambia en Leningrado. “Mandé un misil y listo”, rememoró entre risas.
Sin embargo, dos años después hubo revancha en el estadio Pedro Marrero de La Habana, donde en semifinales, el paisano Douglas “Fosforo” Cedeño pidió la pelota para sentenciar a Cuba con un tiro libre. La medalla de oro se lograría al batir 1-0 a México en la final. Todo bajo la dirección técnica de Manuel Plasencia.
“Se hizo justicia con lo que pasó en los Juegos Olímpicos, donde nos robaron. ‘Fósforo’ lo decidió con su alegría. Me acuerdo que a la falta de pocos minutos para el término de ese partido hubo una jugada en la que el delantero cubano, Ramón Núñez, recogió un rebote dentro del área, con Nikolac en el césped, y pudo empatar, pero afortunadamente estaba en la meta y rechacé su disparo”, describió.
El equipazo de 1985
A su juicio, la selección absoluta mejor dotada técnicamente ha sido la de 1985, a la que evaluó como “un equipazo, sin dudas”, por el talento con balón al pié de William Méndez, Laureano Jaimes, Carlos Maldonado y Bernardo Añor.
Elie alineó en dos partidos de esas eliminatorias, en las cuales se hace un punto de inflexión en el juego que finalizó 2-3 ante la Argentina de Diego Armando Maradona.
“Ese día no se debió perder en Pueblo Nuevo, fue especial el gol de René Torres: Fillol todavía está buscando esa pelota. En Buenos Aires (derrota 3-0), salí de titular y recuerdo que al principio del partido, Maradona estaba incómodo por el seguimiento que le tenía en la cancha ‘Memín’ Sánchez”, reveló.
Hasta el minuto 88 de ese compromiso, Argentina ganaba por la mínima y no convencía a su público en el Monumental de River Plate. “En su desespero, Burruchaga me reclamaba que no teníamos nada que buscar y que no entendía por qué les oponíamos tanto”, contó.
Con el discurrir de los nuevos tiempos, Robert, el hermano morocho de Patrick (otro heredero de la dinastía del kaiser Frederick), celebra que la Vinotinto tenga ahora más apoyo publicitario y mediático, en procura de clasificar por primera vez a una Copa Mundial de mayores.
“Richard Páez fue el padre del renacer de nuestro fútbol en Suramérica y luego, César Farías mantuvo ese respeto y casi logró el objetivo. Ya no hay el complejo de antes ni los temores; existe más preparación física y creo que se nota el progreso del jugador venezolano”, opinó Elie.
Twitter: @rala1970
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