La polémica que convulsionó al tenis y la opinión pública mundial se cerró poco antes de las 23:00 horas del domingo, cuando Novak Djokovic abandonó Australia en un avión con destino a Dubai. El 'número uno' de la ATP fue expulsado tras el fallo del Tribunal Federal de Melbourne, por lo que ahora se enfrenta a una prohibición de tres años para regresar al país oceánico. Así se escribió el último capítulo de una feroz disputa donde la política se mezcló con el deporte; los ruidosos movimientos antivacunas, con el drama de los refugiados, víctimas de una dura Ley de Migración; los giros de un Gobierno que sólo piensa en las elecciones federales de mayo, con la terquedad de una estrella engullida finalmente por su escepticismo.
Djokovic despegó del aeropuerto Tullamarine de Melbourne en un vuelo operado por la aerolínea Emirates. En un clima aún enrarecido, entre aplausos y abucheos, el serbio fue escoltado hasta el embarque por la policía australiana. Fue el epílogo de una jornada sin respiro, donde la justicia había rechazado el recurso serbio contra la anulación de su visado. Sin vacuna, finalmente, no podrá luchar por su décimo título en el Open de Australia.
La audiencia había arrancado a primera hora en Melbourne. Con los jueces James Allsop, Anthony Besanko y David O'Callaghan escuchando los alegatos de los abogados, que apelaron la decisión del ministro de Inmigración, Alex Hawke, de cancelar por segunda vez la visa del 'número uno'. Al final, los magistrados, por unanimidad, dieron la razón al ministro: la presencia del tenista en Australia podría provocar "disturbios civiles" y dar un impulso al movimiento antivacunas.
Los organizadores del primer major de la temporada habían programado que el nueve veces ganador jugara su partido de primera ronda el lunes por la noche. Tras conocerse el fallo del tribunal, se anunció que el italiano Salvatore Caruso, clasificado en el puesto 150 de la ATP, sustituirá a Nole en el cuadro.
Poco después de conocerse la sentencia de la Corte, Djokovic se ha pronunciado a través de un comunicado: "Estoy profundamente decepcionado con el fallo del Tribunal de desestimar mi solicitud, lo que significa que no puedo quedarme en Australia y participar en el Open de Australia. Respeto el fallo de la Corte y cooperaré con las autoridades pertinentes en relación con mi salida del país. Me incomoda que el enfoque de las últimas semanas haya estado en mí y espero que ahora todos podamos concentrarnos en el juego y el torneo que amo".
El ministro Hawke también quiso hacer un comunicado mostrando su "beneplácito" después de que el tribunal ratificara su decisión. "Las sólidas políticas de protección fronteriza de Australia nos han mantenido a salvo durante la pandemia, lo que ha resultado en una de las tasas de mortalidad más bajas, las recuperaciones económicas más sólidas y las tasas de vacunación más altas del mundo", aseguró.
Al igual que Hawke, el primer ministro australiano, Scott Morrison, reflejó en otro escrito su satisfacción por la sentencia. "Esta decisión de cancelación se tomó por motivos de salud, seguridad y buen orden, sobre la base de que era de interés público hacerlo. Los australianos han hecho muchos sacrificios durante esta pandemia, y con razón esperan que se proteja el resultado de esos sacrificios", sentenció Morrison.
VICTORIA DEL GOBIERNO AUSTRALIANO
Cuando el caso llegó a manos de Hawke, el ministro tenía dos opciones para cancelar de nuevo la visa: la información falsa que aparecía en el formulario de viaje (no declaró que había estado en España antes de volar a Melbourne) o si su reticencia a vacunarse podría suponer un riesgo para el público y el buen orden de Australia. Hawke pudo agarrarse a cualquiera de esos dos aspectos para recurrir al poder personal que le otorga la Ley de Migración. Pero eligió la segunda opción.
En la primera vista del lunes que falló a favor del tenista, el proceso se centró en el trato que Djokovic había recibido en el aeropuerto y en que los funcionarios fronterizos no respetaron el tiempo legal que tenía el detenido para consultar a sus asesores. Pero en la audiencia de este domingo, tras la opción escogida por Hawke para razonar la anulación la visa, la defensa de Djokovic sólo podía tratar de tumbar el argumento de que la presencia de su cliente en Australia incitaba las protestas de los movimientos antivacunas y su rechazo a los sueros.
Con la deportación, Nole se enfrenta además a una prohibición de tres años para regresar a Australia. Esto se debe al Criterio de Interés Público 4013 del Anexo 4 de las Regulaciones de Migración de 1994. El documento dice que, si solicitara una visa en ese momento, la regla general es que debe ser rechazada. Aunque, a pesar esa regla, el ministro de Inmigración puede optar por otorgar una visa si hay "circunstancias imperiosas que afectan los intereses de Australia".
Djokovic, que fue trasladado esta mañana por agentes de la Fuerza Fronteriza a la oficina de sus abogados para seguir la audiencia, pasó la noche del sábado en el Park Hotel, reconvertido el año pasado en un centro de detención de inmigrantes, en compañía de una treintena de refugiados que llevan años encerrados en el circuito de detenciones bajo la dura Ley de Migración.
El sábado, cuando el serbio llegó al Park Hotel, se encontró en la puerta con una pequeña concentración de activistas que reclamaban la libertad para los refugiados. A pocos kilómetros de allí, a las afueras de Melbourne Park, el complejo deportivo donde se disputa el Open de Australia, alrededor de 200 personas se manifestaron contra el mandato de las vacunas coreando "Libertad para Novak Djokovic". El campeón de 20 majors se ha convertido en el abanderado de la causa antivacunas para los grupos extremistas que llevan desde finales de 2021 manifestándose por por todo el país.
"Está aumentando el sentimiento contra la vacunación en la comunidad australiana, lo que lleva a que otros se nieguen a recibir una vacuna de refuerzo", alegó Hawke en sus conclusiones ante el tribunal. "Su comportamiento (el de Djokovic) podría conducir a un aumento de los disturbios civiles", agregó el miembro del gabinete de Scott Morrison.
Unos argumentos que, para Nick Wood, abogado principal de Djokovic, eran "claramente erróneos". Como expuso al comienzo de la audiencia del domingo: "Ni una sola línea de evidencia en el material presentado ante el ministro proporcionó algún fundamento para la proposición de que la mera presencia del señor Djokovic en Australia vaya a fomentar el sentimiento contra la vacunación'".
SU PODER DE INFLUENCIA
Una afirmación a la que respondió Stephen Lloyd, representante legal del Gobierno, señalando que esa prueba está en el país origen de Djokovic. En Serbia, menos de la mitad de la población tiene la pauta completa de la vacuna. "Hay evidencia de las opiniones de Djokovic y que su condición de estrella podría permitirle influir en las personas que lo admiran", apuntó Lloyd.
Wood trató de dar la vuelta a los argumentos del ministro, subrayando que los movimientos antivacunas sí que crecerían si finalmente Djokovic es deportado. También expuso que no había evidencia de que la presencia de Nole en otros torneos hubiera aumentado el sentimiento antivacunas.
"Si hay alguna base para pensar que un torneo podría conducir a un sentimiento antivacunas, uno espera que esté respaldado por la evidencia sobre protestas o mítines antivacunas o similares en eventos de tenis, campos o alrededores", sostuvo el abogado, apuntando a que "la única evidencia" entre su cliente y las protestas es un artículo de la BBC que recoge unas declaraciones de abril de 2020, donde el serbio se muestra reación a la vacunación.
Wood insistió en que Djokovic no representa ninguna amenaza para la salud dada su reciente infección por Covid (16 diciembre). "El ministro no buscó ni leyó el material médico real que se le había proporcionado. Tampoco buscó nuevas aclaraciones de Novak sobre sus actitudes actuales hacia la vacunación", dijo el letrado.
"No son sólo las declaraciones públicas de que (Djokovic) se opone a la vacunación, es el hecho de que continúa sin estar vacunado en esta etapa de la pandemia", contratacó Lloyd. "Los grupos antivacunas lo tratan como a un héroe, como a un icono de libre elección,", sentenció.
El abogado del ministro expuso algunas de las preocupaciones de Hawke que le llevaron a tomar su decisión. "La preocupación es que es una persona de alto perfil que en muchos aspectos es un modelo a seguir, por lo que su presencia en Australia presentaría con más fuerza sus puntos de vista contra la vacunación", defendió Lloyd, insistiendo que el ministro creía que la continuidad del tenista animaría a otros a emular su posición.
"El solicitante tiene un historial reciente de ignorar las medidas de seguridad de Covid. Incluso cuando estaba infectado, realizó una entrevista y una sesión de fotos que incluía quitarse la máscara", continuó el abogado, recordando que el 18 de diciembre, después de saber que era positivo en Covid, Djokovic acudió a una entrevista con el diario L'Équipe.
Minutos después de anunciar el fallo en contra de Djokovic, el presidente del Tribunal Supremo de la Corte Federal, James Alsopp, quiso precisar que el papel de los magistrados no era juzgar la "sabiduría de la decisión" del ministro de Inmigración sobre la cancelación de la visa del tenista, sino probar que la decisión fuera legal.
El fallo ya no se puede recurrir. Djokovic ha perdido su partido judicial contra el Gobierno australiano.
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