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Falta el partido de vuelta. Faltan los 90 minutos del mítico y terrorífico Bernabéu, estadio donde se han cocinado las más impresionantes gestas del fútbol merengue.
A mi, ese 4-3 de la ida se me antoja muy corto, sobre todo porque el conjunto que maneja Guardiola mereció más. Sin embargo, una cosa es merecer y otra anotar. Con un 2-0 fulminante todo parecía ir de una sola calle. Un City fuerte, veloz ante un Madrid apocado, temeroso...pero no acabado.
Ahí siempre están sus hombres, los mismos muchas veces, Vinicius y Benzemá para poner las cosas en la justa medida para que al Real Madrid le cuadren las cuentas y esté un año más en la final de la Champions.
Queda la vuelta, pero ya digo, tendrá que jugar muy bien el Manchester City si quiere doblegar a un equipo que en su campo tiene el mejor talismán.
Lo dicho, si el Real no lo matas, lo dejas moribundo, él sí te va a clavar la estaca definitiva.
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