Más allá del dopaje o de los partidos amañados, muchos han sido los deportistas que han preferido actuar de manera poco ética con tal de llevarse la gloria. La idea del 'juego limpio' siempre se ha resaltado en el deporte como algo indispensable pero en varias ocasiones, la ambición de ganar por la vía fácil ha seducido a algunos deportistas en una competición.
Durante la historia, varios fueron los deportistas que abandonaron en el momento más importante su lado 'Jekyll' para convertirse en 'Hyde' y cometer sus artimañas. Muchos de ellos terminaron siendo 'cazados' pero seguro que hay otros que pudieron salirse con la suya.
Quizás los mejores tramposos son aquellos a los que nunca les pillaron pero lo que sí está claro es que hay otros que entraron en la historia de la peor manera posible. Estos deportistas se dieron cuenta de que no todo vale para llevarse la gloria.
Seguramente sea una de las trampas más recordadas de la historia. La 'atleta' cubana Rosie Ruiz ganó el maratón de Boston en 1980 en un tiempo récord para ella. Rebajó 25 minutos la marca que había obtenido seis meses antes en la maratón de Nueva York, lo que provocó las sospechas de la organización y del resto de corredoras. Al final, se demostró que había utilizado el metro a mitad de la carrera.
Una de las noches más negras de la historia del boxeo. El 16 de junio de 1983, el púgil Luis Resto venció a Billy Collins Jr. Hasta ahí todo era normal, pero al analizar las heridas de la cara de Collins se reveló que eran demasiado graves para haber sido hechas por un boxeador del peso ligero. Finalmente se descubrió que los guantes llevaban un vendaje endurecido con yeso.
Boris Onischenko, pentatleta ruso que competió en varios Juegos Olímpios, pasó a la historia por su famosa trampa durante los JJ.OO. de Montreal en 1976. A Onischenko le descubrieron un interruptor eléctrico en su florete con el marcaba tocados a sus rivales en las pruebas de esgrima.
En 1989, Chile perdía contra Brasil en Maracaná y no iba a ir al Mundial de Italia. El portero chileno Roberto Rojas aprovechó el lanzamiento de una bengala para sacar una cuchilla, rajarse la ceja y obligar a suspender el partido.
La rivalidad llegó a cotas demasiado altas. Tonya Harding y Nancy Kerriganeran dos patinadoras artísticas, a finales de los 80 y principios de los 90, consideradas como dos de las mejores del momento, y a la vez, tenían una gran rivalidad fuera de las pistas de patinaje. La tensión era tal que el marido y el guardaespaldas de Tonya encargaron a un matón que le partiera una piernaa Nancy. Tonya fue suspendida de por vida.
En la calificación del Open Británico de 1985, David Robertson se adelantaba a sus compañeros para llegar antes que ellos al green y acercar su bola al hoyo. Tras 14 hoyos, los otros golfistas se dieron cuenta y llamaron al árbitro. Al final, fue descalificado del torneo, multado con 20.000 libras y suspendido 30 años en el circuito europeo profesional.
El equipo de baloncesto de la Real Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales presentó un 'equipazo' en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000. España ganó el oro, pero el problema es que se demostró que todos los jugadores españoles, menos dos, no tenían ningún tipo de discapacidad intelectual.
En 2009, el portero del IFK Göteborg fue sorprendido moviendo los palos para hacer la portería más estrecha.
El conocido como dopaje tecnológico apareció en el Mundial de ciclocross disputado en la localidad de Zolder, en Bélgica. La propia UCI encontró un motor en la bicicleta de la ciclista Femke Van den Driessche.
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