El azote de Di María y el recuerdo del 5-0 en el Camp Nou

"Viví aquella derrota de blanco y terminé con la cara que ellos tienen hoy, pueden dar la vuelta a la eliminatoria",

 

 

"Viví aquella derrota de blanco y terminé con la cara que ellos tienen hoy, pueden dar la vuelta a la eliminatoria", vaticiana El Fideo tras su doblete

Para celebrar su cumpleaños, o San Valentín en París, Ángel di María se regaló una gran actuación contra el Barcelona coronada con el doblete. Una más en su historial contra el equipo azulgrana, contra el que acumula grandes actuaciones desde sus días en el Real Madrid. Aquel centro medido a Cristiano Ronaldo en la prórroga de la final de la Copa del Rey de 2011, el gol que abrió la de 2014 tras una gran galopada, o el tanto in extremis en la Supercopa de 2012 que abrió la puerta para la remontada.

Sin embargo, El Fideo también guarda malos recuerdos ante el gigante azulgrana. El 29 de noviembre de 2010, con José Mourinho en el banquillo, el Madrid escribió uno de los capítulos más negros de su historia reciente. Ante los micrófonos, cuando le preguntaron si este Barça era el peor en mucho tiempo, Di María echó la vista atrás. "Viví el 5-0 del Camp Nou y terminé con la cara que ellos tienen hoy". 

Di María, como Draxler, representa todo lo que hizo estruendosa cada carga del PSG: La verticalidad, el dinamismo, la velocidad de conducción en carrera. La verticalidad, al fin y al cabo, aunque paradójicamente abriera el marcador a balón parado: su rosca con la zurda fue buena, pero también ayudó la grieta que se abrió entre Luis Suárez y André Gomes en la barrera. Ter Stegen, a pie cambiado, apenas llegó a estirarse.

Dos Copas y una Supercopa

El rosarino, muy activo durante todo el partido, también tuvo colaboración de la defensa en su segundo tanto, el tercero del PSG. Tras una excelente salida de balón desde atrás del equipo de Unai Emery, Di María recibió en la zona de tres cuartos. Jordi Alba dudó en entrarle y le bastó un requiebro de cadera para apartarlo de su camino. Iniesta, que venía desde atrás, sólo llegó a tiempo para dar fe ante notario de la pasividad de la defensa, que no salió a tapar la pierna izquierda aunque era obvio que el argentino se estaba perfilando para el disparo desde la frontal. El golpeo, eso sí, fue certísimo. 

El 4-0 deja la eliminatoria muy encarrilada, aunque Di María prefiere no hacer cuentas. "Ellos tienen jugadores para hacer más de cuatro goles de local. Deberemos hacerlo lo mejor posible para clasificarnos. Es difícil poder fiarse de ellos", recordó el argentino, que tiene experiencia en tumbar al equipo azulgrana. Como jugador del Real Madrid, ya fue clave en tres combates.

Como en 2011, cuando en el minuto 103 de la final colocó un centro tensado, con una apetitosa rosca hacia fuera que Cristiano Ronaldo cabeceó para resolver la prórroga. Un año más tarde, en la ida de la Supercopa de España en el Camp Nou, con el Real Madrid cayendo por 3-1 en el minuto 85, porfió en la presión a Víctor Valdés y acabó robándole el balón al portero para firmar un 3-2 que abrió la puerta a la posterior remontada.

Rabiot, Verratti, Draxler y Cavani

Y en 2014, de nuevo en una final de Copa, abrió el marcador con una de sus cabalgadas, señalándole a Benzema dónde quería el pase antes siquiera de haber cruzado la línea de mediocampo. Jordi Alba aguantó el acelerón, pero no pudo tapar el remate cruzado para batir a José Manuel Pinto. El Real Madrid acabaría ganando con una majestuosa carrera de Gareth Bale.

Gracias a los dos goles de Ángel di María, como también al trabajo impecable de Rabiot y Verratti en el medio, de Draxler en el otro costado o Cavani arriba, el PSG ha dejado al Barcelona malherido en Champions. "Hicimos lo que tuvimos que hacer. Trabajamos muy bien. Pudimos controlar muy bien a Messi, a Neymar y a Suárez. El esfuerzo valió la pena. El trabajo que venimos tratando de hacer desde principios de año", continuó, resaltando de paso la exigencia de Unai Emery "pese a las críticas iniciales". "Mejor, imposible", concluyó El Fideo, que por su cumpleaños se regaló una exhibición con doblete contra el Barcelona