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miércoles, 28 de marzo de 2018

Los técnicos brasileños desaparecen de las disputas por una plaza en el Mundial

ÁLVARO FAGUNDES

DANIEL E. DE CASTRO
La secuencia de fracasos de Brasil en las últimas Copas del Mundo hundió el prestigio de un típico producto de exportación del fútbol del país. Y es que los entrenadores brasileños prácticamente desaparecieron de las selecciones extranjeras. El número cayó tras el Mundial de Alemania en 2006.
En la clasificación para la Copa, tras la conquista del pentacampeonato, 16 países tenían a brasileños al mando de sus equipos nacionales -de Portugal a Togo. En la fase de clasificación para la Copa de este año, tres seleccionados de poco peso recurrieron a un entrenador del país: Barbados, Belice y Timor Oriental.
En las eliminatorias del mundial ruso, técnicos argentinos y españoles dominaron el mercado junto a franceses y alemanes, cuyas naciones son tradicionales exportadoras de esta mano de obra.
El único brasileño en esta función será Tite, así como Luiz Felipe Scolari fue el único representante en 2014.

 
Gabriel Jesus celebra después de anotar contra Alemania durante su amistoso internacional el martes
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PRESTIGIO A LA BAJA
La demanda de selecciones extranjeras por técnicos de Brasil es antigua. A finales de la década de 1960, el bicampeón mundial Didi llevó a la selección peruana a la Copa del Mundo, y Carlos Alberto Parreira, a los 24 años, se convirtió en entrenador de Ghana.
En las décadas siguientes, varios países interesados en desarrollar el fútbol recurrieron a brasileños, respaldados por los currículos y también por el prestigio asociado a la selección canarinha.
La caída verificada en este siglo es motivada, según profesionales del área, por un conjunto de fracasos.
En esta lista están los resultados en las últimas ediciones de Copa del Mundo y Copa América, conocimiento limitado de los técnicos del país y dificultades para entrar en el mercado internacional.
OPTIMISMO
A pesar del declive más que confirmado, el momento es de optimismo para los entrevistados. "Los resultados momentáneos no son superiores al éxito de la escuela brasileña, un cambio, pasa por Tite, que viene rescatando la forma de juego", afirma Sebastião Lazaroni, técnico brasileño en 1990.

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