El próximo 30 de agosto, la UEFA inaugurará la tradicional época de las alfombras rojas con la entrega del galardón al mejor futbolista de la temporada 2017-2018. Un premio al que Leo Messi no podrá optar y que recaerá en cualquiera de los tres finalistas, Luka Modric, Cristiano Ronaldo y Mohamed Salah. También quedó fuera del podio de los aspirantes el francés Antoine Griezmann, aunque, según los datos remitidos por el máximo organismo futbolístico europeo, obtuvo mejor puntuación que Messi, quinto clasificado en el premio.
El destierro europeo de La Pulga del primero de los grandes reconocimientos individuales del año a entregar -y a la espera del Balón de Oro de la revista France Football y el The Best de la FIFA- llega después de la consulta de la UEFA a entrenadores y periodistas. Concretamente, a 80 técnicos (los 32 que disputaron la fase de grupos de la Champions y los 48 que hicieron lo propio en la Europa League), y 55 informadores seleccionados por la European Sports Media (ESM). Entre todos ellos consideraron, además, que a la espalda de Messi debían situarse, por este orden, Mbappé, De Bruyne, Varane, Hazard y Sergio Ramos.
Leo Messi comienza así a pagar las decepciones que ha venido acumulando tanto en las competiciones continentales, con un Barcelona que ha venido alejándose de la burguesía europea, como internacionales, con la caótica selección argentina. El delantero, en plena madurez deportiva y gran dominador de los torneos españoles, sólo ha podido conquistar una de las últimas siete Champions. El equipo azulgrana, además, ha enhebrado tres eliminaciones consecutivas en cuartos de final de la Liga de Campeones. El decepcionante papel de Argentina en el Mundial, en la cuneta tras caer con la campeona Francia en octavos, tampoco ha ayudado a Messi. Marchó de su cuarta Copa del Mundo con un gol y dos asistencias.
Novena Liga y sexta Copa del Rey
Entrenadores y periodistas han optado por dejar en un segundo plano la actuación de La Pulga en las competiciones estatales, donde el Barcelona obtuvo el doblete de Liga y Copa del Rey. El argentino ganó esta temporada su noveno torneo liguero y su sexta Copa. Además, conquistó su quinta Bota de Oro al marcar 34 goles en 36 partidos. No ha sido suficiente.
Ello refuerza esa sensación que reina en los despachos del Barcelona de que la actual prioridad no debe ser otra que la Liga de Campeones. Tanto a nivel mercadotécnico como deportivo. Algo en lo que está de acuerdo el propio Messi, que inició el curso en el Gamper asumiendo que no podían volver a repetirse episodios como el ocurrido la pasada campaña en Roma.
Modric y Cristiano, mientras, no penalizaron el mal papel del Real Madrid en la Liga -a 17 puntos del Barcelona- y rentabilizaron el gran rendimiento internacional. Ambos fueron campeones por tercera vez consecutiva de la Champions con el Real Madrid, a lo que Modric añadió ser escogido mejor futbolista del Mundial de Rusia con Croacia, a la que llevó a la final. Salah, mientras, opuso la clasificación para la final de la Liga de Campeones, además de sus 32 goles en 36 partidos con el Liverpool en la Premier.
A Messi, que viene de exhibirse frente al Alavés en el estreno liguero, le corresponde negar destierro alguno. Europa le observa.
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