La Superfinal de las certezas terminó en empate
Fue 2-2 en la Bombonera. Boca suplió sus carencias con su poder de fuego. River fue superior en el juego y construyó los méritos para irse al menos con un empate.
Una certeza. Si el mundo miró esta Superfinal de Copa Libertadores, el mundo pudo comprobar que el fútbol argentino y sudamericano, a pesar de todas las desprolijidades, goza de buena salud. Boca y River entregaron un espectáculo vibrante, furioso por momentos, que dejó a todos con ganas y ansiedad por ver la segunda función en el Monumental, el sábado 24. Ese día recién se sabrá quién será el campeón de América, el rey de la Copa Libertadores, el dueño de todas las sonrisas.
Fue un 2-2 apasionante que cumplió con todas las expectativas. Boca mostró su poder de fuego. Ese poder de fuego que disimula sus carencias. Agustín Rossi, el que despertaba dudas, las despejó con atajadas que sostuvieron el cero cuando River era mucho más. Wanchope Ábila, que se fajó con Maidana, Pinola y Martínez Quarta, demostró por qué es el nueve titular. El cordobés se inventó un gol e hizo explotar a una Bombonera que comenzaba a sufrir. El mismo poder de nocaut que tiene Darío Benedetto, que entró por el lesionado Cristian Pavón, y volvió a romper esa paridad que llegó casi sin que nadie se diera cuenta, en plena ebullición tras el 1-0 parcial. Está claro. Cuando Boca pega, sacude. Sólo falló en esa del final, cuando Tevez dibujó una jugada fantasma y Armani puso toda su humanidad para que la tarde terminara en parda.
River, por su parte, mostró su poder de juego. El ingreso de Martínez Quarta para reforzar la defensa no resintió el funcionamiento del equipo del Muñeco Gallardo. Con Gonzalo Martínez como eje creativo, movió la pelota de un lado a otro hasta encontrar los espacios para lastimar. Pratto, muy generoso con sus movimientos, tuvo su recompensa con ese gol que nadie esperaba para el 1-1 parcial y con el salto que incomodó a Izquierdoz para el 2-2 final.
Otra certeza. El mundo volverá a sentarse frente al televisor para ver la segunda parte de esta batalla. El resultado final dejó todo abierto. Si se replica lo que pasó en una Bombonera repleta, el Monumental será el escenario de otro espectáculo imperdible. El fútbol argentino, con todas sus limitaciones, tal vez sin figuras que puedan figurar en equipos top de ligas top, es capaz de entregar partidos de fútbol inolvidables.
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