El Getafe contiene al Barcelona
El líder pincha en el Camp Nou ante un rival muy ordenado y el empate hace que el Atlético se quede a siete puntos de los azulgranas
Partido menor, sin demasiada importancia, ideal para hacer pruebas como Yerri Mina y en cierto modo también Coutinho, al que todavía le faltan minutos para acabar de eclosionar pese a su primer y brillante gol en el partido copero de Mestalla. Pobre entrada como últimamente suele ser costumbre en el Camp Nou, poco más de 75.000 espectadores. Messi dio ánimos a Mina en una estrecha conversación antes de que empezara el partido, y el colombiano se metió al público en el bolsillo aplaudiéndole -cuando suele ser al revés- en el momento en el que se dirigió a ocupar su posición antes, también, de que Fernández Borbalán pitara el comienzo del encuentro.
El Getafe de amarillo chillón brillaba especialmente con la luz plateada del cielo gris de Barcelona, y su juego, aunque no llegaba a ser brillante, resultaba amenazante en todo lo que proponía. Con líneas juntas, pero adelantadas, conseguía mantener al Barça lejos del área de Guaita.
Ter Stegen va tan sobrado con los pies que se atreve a controles insólitos con esta parte de su cuerpo. Mientras le salgan bien, lo celebraremos. Si un día mete la pata -y lamento el oportunista juego de palabras-, yo le defenderé, porque en casa me dieron una educación avanzada, pero la turba le denostará con burlas y linchamientos. Es alemán y podrá vivir con ello, pero que lo sepa.
El Barça continuaba lejos de la zona fértil y las radios y las televisiones de la Generalitat exageraban de modo propagandístico y bastante impresentable los gritos de «independencia» y «libertad» en el minuto 17.14, que escuchados presencialmente en el Camp Nou eran mucho más residuales y anecdóticos.
Los de Valverde no lograban ser profundos, les faltaba un medio campo veloz y creativo, líneas de pase fáciles y fluidas: no había manera. Sergi Roberto empezó algo bien que Suárez terminó mal, y además en fuera de juego. Messi se daba cuenta de lo que su equipo necesitaba y trataba de acercarse, para recibir, a Busquets y Rakitic. Por lo visto hasta la media hora, quien no acudió al estadio acertó más que los que acudieron. La posesión del 80 por ciento del Barça era tan infructuosa que el 55% del tiempo se jugaba en su campo.
Muy ordenado y concentrado el Getafe, incomodando una vez más a un Barça que empezaba a precipitarse buscando jugadas más rápidas de las que se podía permitir. El Getafe hizo un par de intentonas sin demasiado peligro, pero sembraron los nervios en el Camp Nou, que empezó a quejarse del árbitro como los equipos, las personas o las naciones que van a perder. Bien anulado el gol en fuera de juego de Suárez al filo del descanso.
La segunda parte empezó sin cambios, ni en los banquillos ni en el juego. Los de Valverde, encallados. El Getafe, lo poco que hacía, era amenazante. Lo que más hacía, de todos modos, era perder el tiempo, lo que seguramente no es del todo reprochable a los equipos pobres que visitan el Camp Nou. Salió a calentar Iniesta y el Barça, efectivamente, necesitaba su luz. Suárez la tuvo pero se le fue por pocos centímetros. Buen centro de Alcácer.
El Barcelona empezaba a crecer y Coutinho le daba emoción al tramo final del ataque de su equipo. El Getafe empezaba a sufrir. Y finalmente saltó al campo Iniesta porque la primera condición del fútbol, como de la gastronomía es la calidad. Entró por Coutinho. También entró Dembélé, por Alcácer. El partido, en el fondo, continuaba igualado, pero más abierto, y eso beneficiaba al Barça. Don Andrés en el 24 iluminó el ataque de su equipo con una bella incursión hasta la línea de fondo que nadie pudo aprovechar.
Se masticaba el 1 a 0, pero no acababa de llegar. Guaita empezó a hacer algo más que perder el tiempo y se lució en un par de intervenciones. El Getafe trataba de afianzar su empate de prestigio en el Camp Nou. Paulinho entró por Busquets. El Barça lo intentó todo, pero con más voluntad que precisión, y al final el Getafe, que supo jugar del modo más inteligente en favor de sus intereses, logró contener a un rival muy superior en todos los sentidos.
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