El 11 de marzo, Zinedine Zidane regresó al banquillo de un Madrid en ruinas con la misión de iniciar la reconstrucción, sin exigencia alguna de títulos. 172 días después, en el ecuador de la pretemporada siguiente, el equipo emite los mismos síntomas, como si no hubiera avanzado un ápice y se encontrara en idéntico lugar. El principal agujero negro, por donde se desangró en el derbi de New Jersey, está en el centro del campo. Zidane ha prescindido de piezas sin incorporar a ningún mediocentro, mientras el caos, intencionado o no, invoca a su principal deseo: Paul Pogba.
Casemiro, Kroos y Modric fueron su línea de cabecera durante las tres Champions, con la inclusión de Isco como cuarto centrocampista cuando el francés descubrió el débil compromiso de Bale. El brasileño no se incorporó hasta ayer, después de ganar la Copa América, y no estará hoy en Múnich, donde el Madrid se mide al Tottenham (18.00 h., Telemadrid). Justificar con su ausencia la debacle de Estados Unidos es excesivo. Zidane dio su rol a Kroos, pero el alemán, renovado, es pasivo en lo defensivo. Modric hizo pareja con Kroos, fuera junto a Isco, frente a Bayern y Atlético, o Lucas Vázquez, ante el Arsenal. El Madrid cayó goleado ante los dos primeros y contra los ingleses venció en los penaltis tras ser ampliamente superado en el juego durante el primer tiempo. El sustituto natural de Casemiro, Marcos Llorente, no estaba de blanco, al ser traspasado al Atlético. Más tarde sería cedido Ceballos al Arsenal, pese a su buen Europeo sub'21. Con ninguno tuvo Zidane sintonía, más allá incluso de lo futbolístico.
La falta de consistencia avala las intenciones de Zidane, por perverso que resulte, al reclamar músculo para la medular. Si algún jugador lo representa es Pogba, futbolista del Manchester United, aunque sus características no son las de Casemiro. Es un centrocampista de despliegue y recorrido, pero no es un 'jugador-boya', el punto cardinal que siempre está en su sitio. De hecho, en la selección francesa con la que ganó el Mundial de Rusia, el futbolista equilibrante era Kanté. Pogba trabaja en lo defensivo, pero también se descuelga, es poderoso en el área contraria y, sobre todo, tiene gol. Por lo tanto, más que suplantar a Casemiro, lo que podría hacer es complementarlo, en un doble pivote que permitiría a Zidane avanzar la línea de mediapuntas, donde tiene 'overbooking' de futbolistas. Es un mal endémico del Madrid y de muchos de los grandes, en los que se fichan más nombres que perfiles. Para ello, el técnico, que ha utilizado el 4-3-3 y el 4-4-2, debería probar con un 4-2-3-1. Modric o Isco, por ejemplo, estarían más liberados y más cerca del área, donde ponen en valor su último pase, llegada y disparo. También Kroos, aunque si el alemán hubiera de dar un paso atrás, estaría cubierto en compañía de Casemiro o Pogba.
Valverde es otro de los futbolistas que puede servir de complemento en la zona por su físico, aunque Casemiro seguiría sin un recambio concreto. No es la calidad lo que hace del brasileño una pieza clave. Es la especificidad de su trabajo. La pretemporada lo ha vuelto a poner de manifiesto.
Una alternativa para la creación
El líder del juego del mejor Madrid de Zidane tampoco ha aparecido. No obstante, Modric sabe dosificarse y todo indica que ofrecerá su mejor versión en momentos puntuales de la temporada. Es parte del pacto con Zidane para su continuidad. La incógnita es quién creará en el centro del campo durante las ausencias previsibles en un futbolista que cumplirá 34 años. Kroos tiene capacidad para hacerlo, lo mismo que Isco, pero su tendencia ha sido decreciente. Ambos tienen la confianza del entrenador.
Hazard va a tener la presión, ya que, a la espera de Pogba, se trata del gran fichaje de la temporada. El belga puede adaptarse a jugar en la mediapunta, pero donde más efectivo se ha mostrado, tanto en el Chelsea como en la selección belga, es en un costado del ataque puro, generalmente en la izquierda. El desborde y las diagonales hacia dentro, antes de cargar la pierna, son sus mejores palos. El belga desplazaría a Vinicius a la derecha, aunque con Zidane el brasileño va a tener un protagonismo menor. La experiencia, el poso, es para el entrenador del Madrid un elemento esencial. Todo indica que el japonés Kubo alternará el primer equipo con el Castilla, al mando de Raúl, y que Rodrygo tendrá una inserción templada en el ataque, donde la lesión de Asensio deja, por el momento, en barbecho a James, de regreso a Valdebebas. Zidane no cuenta con el colombiano, pero Florentino Pérez no quiere venderlo al Atlético. Ningún escenario es descartable.
Después de la crisis que originó el 3-7 frente al Atlético, la Audi Cup que hoy afronta el Madrid, en su primer duelo ante el Tottenham, adquiere un valor añadido en términos de credibilidad. Zidane no puede permitirse que la imagen se deteriore más, para lo que el Madrid debería entrar en el partido de forma distinta a cómo lo hizo contra el Atlético. Mauricio Pochettino, técnico de los 'Spurs', no le va a permitir relajarse. Con Pogba o sin Pogba, ahora no están en juego los puntos, pero sí el crédito del punto de partida.
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