El Atlético ya no puede más con los árbitros. El club se siente enormemente perjudicado tanto en España como en Europa en una temporada en la que ha sufrido muchos errores en contra. La actuación de Figueroa Vázquez ayer en el Metropolitano, pese al penalti de la última jugada, es considerada como calamitosa. Para colmo, Gil Manzano será quien dirija el partido ante el Granada de este miércoles. En la quinta jornada expulsó a Joao por señalarse la sien con el dedo ante una de sus decisiones. Exactamente lo mismo que hizo ayer Vinicius en Sevilla, y que no le supuso ni siquiera una tarjeta amarilla.
De puertas para afuera el club ha adoptado una política de «cero protestas» que Simeone ejemplifica de manera perfecta. No se ha producido ni una sola queja del Cholo en toda la temporada contra los árbitros, pese a que la procesión va por dentro y el entrenador es el primero que se siente indignado por el tratamiento que está recibiendo el equipo. Sin i más lejos ayer ante el Espanyol.
Las imágenes demostraron de manera fehaciente que Joao recibió un pisotón en el área por parte del central espanyolista Sergi Gómez en el minuto 32 de la primera parte. El árbitro no señaló nada y el VAR ni siquiera le reclamó para que revisara la jugada cuando la acción era muy clara. La consecuencia es que el delantero portugués tuvo que retirarse en el descanso por culpa del pisotón y es seria duda para el partido del miércoles ante el Granada.
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